El Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, a cuyo recuerdo se suma el Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta (COPCE), es una oportunidad para reflexionar sobre las tragedias que ocurren cada día en las calles y carreteras de todo mundo. Pues, a pesar de las mejoras en la seguridad vial en muchos países, las cifras de víctimas mortales y lesionados siguen siendo alarmantes: los accidentes viales matan a alrededor de 1,25 millones de personas cada año, de las cuales un 90% viven en países de ingresos medianos y bajos. Además, son la principal causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 29 años, y casi la mitad de las víctimas fatales son peatones, ciclistas y motociclistas. Desde que el 26 de Octubre de 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas, con arreglo a la resolución 60/5, adoptó cada tercer domingo de Noviembre como día para la observancia de este memorándum, éste se ha extendido a un número cada vez mayor de países y se ha convertido en un importante instrumento para desplegar esfuerzos en todo el mundo, para reducir las muertes por accidentes de tráfico, para ofrecer una oportunidad de señalar la devastación económica y emocional causada por ellos, y para reconocer el sufrimiento de las víctimas y la labor de los servicios de apoyo y rescate. El COPCE desea aprovechar la ocasión para recordar a las autoridades en general, y a las sanitarias en particular, que los accidentes de tráfico dejan profundas secuelas psicológicas en supervivientes y familiares, cuyos efectos pueden minimizarse con una pronta atención especializada (para lo cual Ceuta cuenta con el Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias a disposición de los ciudadanos e intervinientes que lo soliciten -GIPEC-) y con un adecuado abordaje terapéutico posterior. Por ello, se insta a los organismos públicos competentes a articular servicios psicológicos especializados que aprovechen los beneficios del aporte de esta ciencia al tratamiento integral de los afectados.
Tal es la importancia del papel de la Psicología en este tipo de sucesos, no sólo para tratar, sino también para ayudar a prevenir accidentes, capacitar a los conductores, asesorar a los ingenieros para llevar a cabo adaptaciones de vehículos, etc., que el Consejo General de la Psicología de España (COP), tras varios años de elaboración del documento, y a falta de su institucionalización definitiva en el próximo Congreso (Oviedo, 2017), ha creado un nuevo área específico de actuación, denominado La División de la Psicología del Tráfico y de la Seguridad, como así se dispuso en la última reunión del Consejo, celebrado en Madrid el pasado sábado 12 de Noviembre, y en la cual estuvo representado el COPCE mediante la asistencia de uno de los vocales. Por todo ello, el COPCE se posiciona junto a las víctimas y espera y desea que, en un futuro cercano, la DGT se sensibilice cada vez más con una necesidad social (la asistencia psicológica a las víctimas supervivientes de accidentes de tráfico y familiares en duelo por la repentina pérdida de un ser querido) que afecta a centenares de miles de personas en nuestro país. También, como es habitual en sus pretensiones y en la línea del COP, el COPCE cree en la conveniencia del aporte de la Psicología al servicio psicológico universal de la ciudadanía, y en este caso al de los afectados por accidentes de tráfico, para mejorar su calidad de vida sin por ello aumentar los costes sanitarios. Muy al contrario, podrían ahorrarse millones de euros y miles de sufrimientos si incidiéramos con más ahínco en las labores preventivas que los psicólogos especializados en esta materia podrían implantar, más allá de anuncios impactantes y medidas punitivas, y en las labores terapéuticas de demostrada eficacia, a tenor de las más recientes investigaciones clínicas.