La situación de mayor presión en la zona portuaria era la consecuencia de las retenciones que se producían en la frontera desde primera hora de la tarde, con largas colas de vehículos hasta Castillejos que ocupaban todos los carriles. En el lado español se producía el efecto embudo, ya que se tenía abierto solo un carril y se estaba procediendo al registro exhaustivo de los coches en cumplimiento de las medidas de seguridad marcadas por la dirección.
Toda esta mezcla de factores complicó la jornada de ayer, lo que terminó incidiendo en el desarrollo de las propias travesías. Los retrasos en las salidas y llegadas de ferrys, que vienen sucediéndose durante todo el verano, fueron especialmente graves. Hubo barcos que salieron con más de dos horas de retraso sobre lo estipulado y la gente llegaba a esperar hasta más de cuatro horas para embarcar. Así, a pesar del refuerzo extraordinario que había sido anunciado por las navieras para dar salida a todos los que querían embarcar y el dispositivo anunciado por el Puerto, el descontrol volvió a reinar. Los afectados se quejaban ya no sólo de esta situación, sino también de no disponer de instancia alguna en la que obtener respuestas, informaciones y explicaciones de lo que estaba sucediendo. Pedían que se les informara de los horarios y desde las distintas navieras se les indicaba que no podían facilitar dicha información porque ni la tenían. Así que todas las expectativas que mantenían quienes ayer hacían uso del transporte marítimo se vieron desbaratadas. Hubo quejas también por la falta de asistencia sanitaria en las travesías. De hecho en una de las producidas durante la tarde, una pasajera que realizaba el trayecto hacia Algeciras, sufrió un desvanecimiento y posterior golpe, quedando inconsciente. Tuvo que ser atendida por personal sanitario que iba en el pasaje, sin que pudieran hacer uso de botiquín porque ni había. Una ambulancia le esperaba en el puerto de Algeciras y procedió a su traslado.
Embarques masivos por Ceuta y Tánger
La fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho (OPE), que comenzó el pasado 15 de julio, registró ayer el regreso de 44.560 pasajeros por los dos puertos de Tánger, en el norte de Marruecos, hacia sus países de acogida. En el lado vecino se absorbió la mayor cantidad de vehículos y su masificación ocasionó que algunas familias decidieran embarcar por Ceuta. Aquí se han registrado más de 8.600 embarques de personas y 2.100 de vehículos en una sola jornada, la del miércoles. En el caso de Tánger, durante la jornada de ayer se registró el embarque de un total de 10.395 vehículos y el puerto Tánger Med conoció la máxima afluencia con el paso de un total de 31.690 personas, 28.988 de ellos marroquíes residentes en el extranjero, y de 7.575 vehículos.