Recorrer más de 2.000 millas durante casi tres meses y en solitario. Con ese reto por delante zarpó el lunes de Algeciras Quico Taronjí, periodista y capitán del kayak trimarán de 5 metros y medio de eslora con el que pretende establecer una nueva marca mundial. Lo logrará cuando, tras hacer escala hasta en seis país distintos (España, Italia, Túnez, Malta, Grecia y Turquía), logre alcanzar Estambul.
Ese periplo le trajo el martes hasta Ceuta, donde ayer se afanaba en poner a punto el Mirage Tándem Island diseñado por Hobie Cat, la empresa californiana que ha puesto en sus manos una embarcación que, hasta el momento, no se había enfrentado a una aventura de ese calibre. No estaba solo en el puerto deportivo. Le ayudaba Tomás Pellicer Vázquez, operador de cámara y pescador que le acompaña en el primer tramo del viaje, pero que tomará tierra en dos semanas, en Formentera. Será entonces cuando Quico inicie su trayecto en solitario.
“Tenía ganas de vivir una aventura en el mar, pero quería que fuera algo extremo, no quería un velero comercial. Encontré esta embarcación y no me lo pensé. Empezamos a prepararlo y aquí estamos ya, en plena travesía”, relataba ayer Taronjí. Para lograr su objetivo capitaneará una nave que define como “versátil y fiable”, con capacidad de respuesta ante las vicisitudes y contratiempos con los que puede llegar a toparse en su camino. Y es que no hay precedentes de una aventura similar. El kayak que tendrá en sus manos durante los próximos meses combina la navegación a vela con la propulsión a pedales, un diseño inspirado en el movimiento de las aletas de los pingüinos. “De momento sólo hay dos experiencias con este tipo de naves: una en la costa Este de EEUU y otra a lo largo del Mississippi, pero ninguna de la duración y el número de millas de ésta”, subraya.
El trayecto no será sencillo. Asume que tendrá jornadas de hasta 12 horas de navegación y etapas en las que no tocará tierra durante cinco o seis días. En ese tiempo, augura que tendrá que “comer el pescado que logre capturar y salarlo para conservarlo”, pero también ingerir “algas, placton y moluscos”. Para solventar la falta de agua, mezclará dulce con salada en una proporción que, asegura, resulta apta para el consumo.
Riesgos y retos
“Es más una aventura que un récord mundial; sobre todo quiero disfrutar. Tampoco quiero arriesgarme y marcarme una fecha fija de llegada a Estambul. Prefiero ser prudente. Muchas veces, si arriesgas al final no llegas. Esto es una carrera de fondo”, destacaba ayer. Los contratiempos pueden aparecer en cualquier momento: la visita inesperada de la fauna marina, la proximidad de embarcaciones de gran tamaño, las inclemencias meteorológicas (el kayak no dispone de cabina), dormir en una camilla acoplada o el puro desgaste psicológico, aunque en este último aspecto dice haberse “preparado a conciencia durante los últimos meses”. A cambio, contará con el apoyo desde tierra de su aún compañero de viaje y de asociaciones como la canaria Abisal 12. La comunicación constante está también garantizada a través de GPS, teléfonos móviles y un radar.
La aventura podrá seguirse a través de las redes sociales (#aislado en Twitter, www.aislado.es y facebook.com/aislado.es). “Es una experiencia vital, única. Mi madre me apoya, pero al principio me dijo que estaba loco”, bromea.