La Unión Europea, a veces tan lejana y últimamente empeñada en imponer a España una dura senda de austeridad, ofrece en Ceuta su mejor cara en el capítulo de fondos estructurales y de desarrollo que cada año destina a la revitalización de la ciudad. La mayor evidencia de ello son los programas Feder y las iniciativas englobadas en el Fondo Social Europeo. El primero de ellos, sólo en el apartado de ayudas a empresas, se ha traducido en los últimos seis años en la creación de 91 nuevas empresas, a razón de casi una al mes gracias al respaldo de los planes financiados en un 80 por ciento desde Bruselas y correspondidos en la Ciudad con el 20 por ciento restante. En tiempos de recesión, de limitaciones económicas y de dificultades para emprender, Bruselas ofrece al menos versión más agradable en esa faceta. Pese la oportunidad, desde Procesa, la sociedad municipal que se encarga de la gestión y aprobación de las ayudas, alertan de que la banca ha cerrado el grifo del crédito y son cada vez más los nuevos empresarios que, pese a tener aprobados sus fondos, no pueden esperar el año de margen para recibirlos. Cara y cruz de la crisis económica que nos azota.