Ello no significa, por supuesto, que no vaya a salir adelante el convenio que desde hace casi siete meses se viene negociando entre las dos administraciones, ni mucho menos. Ello tampoco significa que haya obstáculos que estén impidiendo avanzar, que tampoco, sino que a lo mejor desde el Ministerio esperaban una postura más complaciente para sus intereses, circunstancia que por supuesto no se va a dar.
Y buena prueba de ello es, desde luego, que la propia Dirección General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa conoce ya a la perfección que por parte de la Ciudad Autónoma de Ceuta no se les va a regalar ni un metro cuadrado. Por ejemplo, que en los terrenos que les sean rectificados tendrán la obligación, tal y como marca la legislación, de ceder un tanto por ciento a la Ciudad Autónoma. Hasta ahí nada anormal, pero sí que en una horquilla que se establece entre el quince y el veinte por ciento, el Gobierno ceutí llegará hasta el tope máximo, el veinte por ciento. Y a lo mejor era una cuestión que no esperaba de los negociadores desde el otro lado de la mesa.
Debemos recordar, por ejemplo, que la propia Ley del Suelo establecía que de cualquier plan que aprobara la Ciudad Autónoma, el beneficiado, ya sea administración o particular, estaba obligada a la cesión de un treinta por ciento de ese espacio a la Ciudad Autónoma. Un ejemplo claro del último convenio que teníamos con Defensa así lo declara. La Ciudad entonces rectificó para el departamento ministerial el Brull, cuando ni por asomo pensaba desde luego el comprarlo como sucedió luego. Pues bien, de ese espacio la Ciudad ya tenía un treinta por ciento donde en un principio tenía pensado construir más de cien viviendas de VPO.
Bien, sirva como ejemplo. Sin embargo, ahora se ha producido una reforma donde la misma Ciudad Autónoma ha recuperado en una gran parte sus competencias en materia urbanística y ahí se ha introducido una segunda enmienda, que ha pasado algo más desapercibida, que rebajaba del treinta por ciento a una horquilla entre el quince y el veinte la obligación que tiene la administración o particular que negociar con la Ciudad un plan urbanístico de cederselo al Ayuntamiento. Pues bien, ahí es donde la Consejería de Fomento ha traslado ya al Ministerio que la Ciudad quiere el tope máximo de lo establecido, el veinte por ciento y ni un metro cuadrado menos.
La misma consejera de Fomento, Susana Román, en el programa de La Voz del Faro del pasado miércoles, cuando intervino para explicar la reunión que había tenido en Madrid, ya dejaba insinuar algo cuando recordaba esa reforma de la Ley del Suelo y “como desde el Gobierno del presidente Juan Vivas vamos a ser ambiciosos, porque en una crisis económica como las que nos encontramos todo se redimensiona y los parámetros que antes podíamos tener, no son los actuales. Una circunstancia que desde luego no es del agrado del Ministerio de Defensa, pero nosotros estamos aquí para mirar por los ciudadanos de Ceuta”.
Una negociación que comenzó a finales del pasado año
Las negociaciones oficiales para el nuevo convenio con el Ministerio de Defensa se iniciaron en el mes de noviembre cuando el director general de Infraestructuras, teniente general Eduardo Zamarripa, visitó nuestra ciudad, tras una entrevista que el mismo Vivas había mantenido con el secretario de Estado del departamento. La ocasión sirvió para acordar la creación de una comisión conjunta que se formalizó a finales de año y desde entonces se ha venido reuniendo con regularidad copresidida por el mismo Zamarripa y por la consejera de Fomento, Susana Román. Prácticamente se está llegando ya al final con el tema de las valoraciones de los terrenos, donde se deberá producir ahora determinadas depuraciones y la redacción del texto.
Lealtad con Defensa
Decir que el Ministerio de Defensa tiene un tercio del suelo ceutí no es una novedad. Decir que el Ministerio de Defensa tiene más suelo que la propia Ciudad Autónoma tampoco es una novedad. Decir que el Ministerio de Defensa tiene coartada en gran parte las necesidades urbanísticas de Ceuta tampoco es una novedad. Pero lo que sí es una novedad es señalar que la Ciudad Autónoma de Ceuta siempre ha mostrado una política de lealtad hacia el departamento ministerial, de manera independiente al partido que sea el responsable del Gobierno de la Nación, aplicando únicamente la máxima del presidente Juan Vivas en relación a la necesidad de que nuestra ciudad está obligada a tener siempre buena relación con la Administración General del Estado.
Pero también es una novedad, porque quizás casi nunca nos hayamos hecho eco de ello es el gran comportamiento que el Gobierno autonómico ha tenido con el propio departamento ministerial y las diversas infraestructuras que tienen su sede en Ceuta y son de su propiedad. Sobre todo en los últimos años, porque las cosas han cambiado, aunque para algunos permanezcan inalterables. Y podemos poner algunos ejemplos muy claros: existen establecimientos militares de toda índole que se encuentran abandonados a su suerte desde hace algunos años, de manera especial desde que se puso en marcha la reestructuración de las Fuerzas Armadas en nuestro país. Establecimientos militares que se están cayendo, que no se han mantenido y que por supuesto es una obligación del departamento ministerial. El Gobierno ceutí, con la legislación urbanística en la mano, les podría haber obligado a ese mantenimiento puntual. Pero también nos podemos ir a los Bienes de Interés Cultural que son propiedad del Ministerio de Defensa y sobre los que no se han preocupado nunca, pero jamás de los jamases. Y podríamos poner dos ejemplos muy claros: el castillo de San Amaro y la Atarazana que está en la Rampa de Abastos.
Bienes de Interés Cultural donde la misma Ciudad Autónoma ha solicitado su cesión, porque Defensa nunca ha cumplido con su obligación, establecida en la legislación, de restaurarlos y mantenerlos.
Y que no nos digan ahora que es por la crisis.