Destacó igualmente que desde el punto de vista del Gobierno se trata de un proyecto dialogado que ha recibido más de 30.000 sugerencias y que ha sido dialogado con los sindicatos, con las administraciones y con las asociaciones de padres y de madres. Negó, bajo ningún punto de vista, que se trate de “una reforma ideológica o las acusaciones que se están haciendo sobre que se trata de una imposición de la Conferencia Episcopal. Estamos a unas alturas de nuestra democracia en que nadie se cree ya estas mentiras”. Y también entró a valorar las acusaciones sobre que la reforma no tenía suficientes recursos económicos y dijo que tendría los suficientes, “pero no puede ser que sean un pozo sin fondo, porque con la ley orgánica que puso en marcha el PSOE y que nos ha durado estos 25 años se han gastado muchos miles de millones de euros y los resultados no han sido buenos, como se demuestran”. Por último, sentenció que la puesta en marcha de esta ley es una reforma trascendental para el futuro de España.
No se mostró nada de acuerdo con los distintos ataques y animó a los ciudadanos a informarse de todo lo que se relaciona con la ley y que luego ofrezcan su opinión.
Preocupación por los resultados que arrojan los informes
Cuando analizó los datos estadísticos que llevan a la clara conclusión, desde su punto de vista, de que la anterior ley ha sido un verdadero fracaso comenzó señalando que el número de alumnos que abandonan los estudios al finalizar la ESO se acerca a un 25 por ciento, doblando la media del resto de los países de la Unión Europea, y que el compromiso que existe en toda Europa es que en el año 2020 no debe superar el diez por ciento.
Asimismo, reflejó que la posición de los alumnos españoles en comprensión de lectura ha descendido un 12 por ciento en los últimos diez años y que en temas de matemáticas y científicas estamos a 13 puntos de distancia del resto de los países de nuestro entorno. El mismo diputado sentenció que estaba ofreciendo datos del famoso Informe PISA que establece cuáles son las medidas de los distintos países desarrollados en el sector educativo, alegando que ocupábamos el puesto 18 del grupo total de países que componen la Unión Europea, que “no es desde luego un puesto de honor que nos corresponda por nuestro volumen de importancia. De ahí que se pueda declarar claramente que la ley que tenemos todavía y que puso en marcha el Gobierno del PSOE ha sido un verdadero fracaso”.