La Asociación de Derechos Humanos (DDHH) con sede en M’Diq está promoviendo acciones de respuesta a lo que consideran actos sistemáticos de "violencia" contra las mujeres marroquíes que actúan como porteadoras en la frontera de Ceuta con Marruecos. Culpan a los dos bandos, esto es, agentes y funcionarios españoles y marroquíes de episodios generalizados de maltrato a las mujeres que tratan de ganarse la vida –unos pocos dirhams (moneda marroquí)– transportando merecancías desde Ceuta a Marruecos
La cuestión saltó a la palestra en el transcurso de una reunión que tuvo lugar el viernes en el salón de actos del Ayuntamiento de Rincón de M’diq (Marruecos) organizada por la Asociación de Derechos Humanos de la propia localidad, con el concurso de Amnistía Internacional (AI) y la colaboración del propio Gobierno marroquí, que cedió las instalaciones para el evento. El principal invitado era Sektaui Mohamed, director general de AI en Marruecos, quien pronunció una conferencia bajo el título Derecho Penal y Derechos Humanos. Estuvo presente el presidente de la Asociación de Derechos Humanos de M’Diq, El Khomsiel Mofeddal.
El asunto, en cierto modo, derivó, a instancias de destacados miembros de la asociación local, a la situación que sufren las mujeres porteadoras marroquíes que a diario atraviesan la frontera cargadas de mercancías, desde Ceuta hacia Marruecos.
Dos de los miembros de la asociación de DDHH de M’Diq, Najil El Kihal y Tarik Khalti, pusieron de relieve que han establecido contacto recientemente con miembros de Derechos Humanos en Cádiz para tratar el asunto de las mujeres porteadoras. En este sentido, están trabajando conjuntamente para organizar una reunión bipartita hispano-marroquí para tratar el asunto y que se celebraría en breve. Estarían invitados medios de comunicación de los dos países, así como funcionarios de los servicios de seguridad también de España y Marruecos.
El principal problema es que las mujeres estarían siendo asediadas en las dos partes de la frontera, tanto por la Guardia Civil y Policía Nacional como por parte de la Policía marroquí y funcionarios de Aduanas de Bab Sebta.
Afirman que es corriente el maltrato y que es un “problema sensible”, según Najil. Desde su punto de vista, está claro que es un trabajo “ilegal. Pero no nos centramos en el trabajo, sino en la dignidad humana. Si hacen algo delictivo, vale. Pero simplemente lo que hacen es portar mercancía. Teóricamente no está permitido, pero si lo hacen es porque están comprados los agentes”. Afirma que hay una mujer que fue golpeada en la zona española y que fue amenazada por un funcionario español en el sentido de que si interponía una denuncia no volvería a entrar: “vino a Derechos Humanos, pero tras recibir la amenaza renunció”.
Según su testimonio, “hay decenas, centenares de casos de violencia contra las mujeres porteadoras, pero las que quieren denunciar finalmente no lo hacen”.
Najil indica que España represalía a estas mujeres “al entrar. Marruecos es más flexible a la entrada a Ceuta, pero al volver las hacen estar horas esperando si no les dan dinero. Sufren, y este asunto lo vamos a tratar a ambos lados de la frontera”. Afirman que existen estadísticas oficiales que hablan de 30.000 personas afectadas por este problema que “en lo económico es muy rentable para Ceuta”.
En otro orden de cosas, estuvo presente –distante, por cierto, sentado finalmente al otro extremo de la mesa– El Khomsiel Mofeddal, presidente de la asociación de Derechos Humanos en Rincón.
Por otra parte, el conferenciante, Sektaui Mohamed, director general de Amnistía Internacional en Marruecos, traducido por Najil, porque no habla nada de español, iba a centrar la ponencia en la Justicia Penal del Reino de Marruecos y su relación con los derechos humanos.
Iba a tratar el estado de los derechos humanos en Marruecos y su comparación con “lo que exige el derecho internacional”. Una comparativa con las leyes marroquíes, en definitiva.
Desde su perspectiva, Marruecos, “después del movimiento del 20F ha cambiado la Constitución. Esta Constitución nueva contiene muchos principios de los derechos humanos, pero a fecha de hoy no se han traducido en la ley. Son cambios, pero no se aplican dentro de lo que es la ley”.
En segundo lugar, su ponencia se iba a centrar en la diferencia de la aplicación real de los derechos humanos y lo que calificó como “el discurso oficial”.