K. está desesperada desde que hace dos semanas su exmarido, además de saltarse la orden de alejamiento, decidió dar de baja la luz y el agua del domicilio donde residía aun cuando no era suyo, ya que el titular era su propio padre, ya fallecido. Con dos niños de 3 años y 16 meses, ella está desesperada y ya no sabe a quién acudir, ya que “me piden la cédula de habitabilidad y a pesar de que tanto el abogado como Asuntos Sociales han intercedido para que se solucione el problema, sigue sin solventarse”.
Al parecer, la presunta víctima de violencia de género sigue pendiente de juicio y tras ser agredida por su todavía marido le denunció y se estableció una orden de alejamiento “Que él mismo se saltó para cortar la luz de la casa y luego ir a la empresa a darse de baja y también a la de agua”. Ella trata de que al menos mientras se presenta la demanda de divorcio, y tras interponer una denuncia por maltrato y otra por coacciones tras los hechos, se le dé un permiso al menos provisional pero desde la empresa de la luz, insisten en que debe contarse con la cédula de habitabilidad, algo que ella no puede conseguir dada la situación en la que está.