Reconozco que no me gusta cuando los políticos hacen una defensa a ultranza de los informes de los técnicos, porque los técnicos también se equivocan; pero, tampoco cuando los políticos escogen a los funcionarios como ‘cabezas de turco’ para sus intereses políticos. Ninguno de esos dos extremos son buenos, como tampoco lo es que los técnicos sean quienes marquen la política hasta nada más allá de lo estrictamente legal. Valga la presentación, porque ayer, debido a que tuve curiosidad por escuchar al secretario general de los socialistas, José Antonio Carracao, me acerqué por la sede socialista. Y la verdad es que no me gustó que Carracao atentara, por utilizar algún término, contra las dos cabezas visibles de la pirámide funcionarial del Ayuntamiento. Es decir, contra el interventor y contra la secretaria general. Y todo porque ambos son interinos en sus puestos.
Más o menos vino a decir que tanto la secretaria general como el interventor dejaban de lado sus obligaciones como altos funcionarios de la Ciudad Autónoma de Ceuta para plegarse a los intereses del equipo de gobierno y que así lo vienen haciendo desde hace muchos años. De ahí que dijera que mejor sería que se cubriesen las plazas con dos funcionarios habilitados nacionales, como ha sucedido en otras ocasiones.
Me acordé de las palabras de la secretaria general del PP el día anterior en otra sede, en este caso en Ainara, en donde vino a decir que hablara con nombres y apellidos. Ahora los ha dado, pero entiendo que a José Antonio Carracao le faltó decir en qué habían fallado. Que hubiera puesto encima de la mesa las pruebas que tenía en que ambos se habían plegado a los intereses del Gobierno. Mientras tanto, son inocentes. Porque no puede lanzar la piedra y esconder la mano. No puede recelar de estos dos altos funcionarios si no tiene pruebas.
Porque, del otro lado, hasta en un informe que ha levantado tanta polémica como el de los pagos a Urbaser, el mismo presidente de la Ciudad Autónoma se ha deshecho en elogios hacia el mismo.
Y como entiendo que Carracao querrá gobernar alguna vez, mal camino es enfrentarse a los técnicos.