Parte del equipo trabaja en el cribado de fragmentos de cerámica, metal, huesos de animal y moluscos. El objetivo es elaborar un estudio con el inventario.
Muy pocos espacios resumen 2.000 años de historia de una ciudad. Éste es el caso de la Puerta Califal -excavaciones arqueológicas efectuadas en el sector de las Murallas Reales que abarcan de la época romana a la moderna- que ayer visitó una amplia representación de las partes implicadas en la recuperación de este yacimiento de una "extraordinaria importancia", coincidieron.
En la actualidad, una parte del equipo se ocupa de las labores de cribado de las "ingentes" cantidades de material de relleno que se extraen en los espacios de entre murallas. "No menos de 100.000 fragmentos están siendo procesados", calculó Fernando Villada, arqueólogo municipal de la Ciudad Autónoma. "Nos permite recuperar un conjunto muy importante de piezas, no solo cerámicas sino también metálicas y de otros elementos cuyo interés consiste en que nos dan una imagen fija, como una foto, del momento de construcción de las murallas", explicó el integrante del Área de Patrimonio rodeado de una muestra de esos fragmentos. "Es muy interesante para los arqueólogos porque nos da una referencia de qué se utilizaba en un determinado momento y en un lugar concreto", es decir, permite que los ciudadanos puedan hacerse una "idea de la vida cotidiana de los ceutíes de aquel momento", añadió.
Cibeles Fernández, arqueóloga que trabaja para Jomasa -adjudicataria de estos trabajaos-, comentó que el pasado fin de semana asistió a la inauguración de un museo en Estepona de un colega del gremio, Ildefonso Navarro, donde le confesaron la "envidia sana" que despierta la Puerta Califal, entre otros motivos, por la cantidad de material del siglo XVI hallado. Aunque Patrimonio aún carece de cifras oficiales, su intención es elaborar un estudio con el inventario.
Los restos localizados son de cerámica italiana; porcelana china; andaluza y por su puesto un conjunto portugués "de mucho valor", apuntó Villada. Esos fragmentos se encontraron en rellenos que datan de ese siglo tras las excavaciones del área comprendida entre la Puerta Califal y la Muralla portugesa. "También encontramos mucho residual, es decir, que necesitaron tierra con esa finalidad y perforaron portando materiales anteriores en los que encontramos de la época romana, islámica pero el groso es del siglo XVI", ilustró Fernández.
Asimismo, los arqueólogos descubrieron muestras de fauna -huesos de animales- y malacofauna - conchas, lapas, mejillones...-, lo cual no significa que sea un "basurero pero sí tiraban allí aquello que no querían", señaló Fernández. Además, se recuperaron monedas y apliques metálicos, entre otros elementos, enumeró la arqueóloga.
Entre los últimos hallazgos inmuebles, destaca la adaptación de la muralla medieval "a bocas de fuego, es decir, a espacios para cañones de artillería", puntualizó Villada. Esta transformación supuso la eliminación de la almena de la primitiva muralla; la sustitución por unas troneras; y la adaptación de todo el espacio para albergar cañones, un cambio desconocido en Ceuta hasta este yacimiento. "A partir de principios del siglo XVI, adquiere una importancia fundamental para poder defender la ciudad", subrayó Villada, quien insistió en las transformaciones de la muralla en su zona más alta.
Alumnos del IES Almina recorren las fases que conforman este bien cultural
Un grupo de estudiantes de primero de Bachillerato del IES Almina visitó ayer la Puerta Califal para conocer de cerca el proyecto de valorización y restauración que se está llevando a cabo para recuperar este bien incluido en el conjunto de las Murallas Reales. Esta actividad organizada por la Consejería de Educación, Cultura y Mujer permitió a los estudiantes redescubrir en la estructura defensiva que ha llegado a nuestros días las distintas fases históricas que se han ido adosando hasta conformarla. Los estudiantes podrán identificar las distintas actividades que se están desarrollando en esta intervención -arquitectónicas, arqueológicas, de restauración, etc.) y valorar la singularidad de las intervenciones en el patrimonio histórico.