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Marruecos aborta la llegada de 300 inmigrantes por Berrocal
Hubo un amplio despliegue, de madrugada, a ambos lados de la frontera
Dice el padre Santiago Agrelo que para el hambre no hay ley. Quien ha luchado durante muchos años como arzobispo de Tánger por los derechos de los inmigrantes, lamenta el hostigamiento constante hacia la población subsahariana que intenta cruzar a Ceuta. “En los bosques de Beliones no hay delincuentes, hay hambrientos, humanidad necesitada, a los que otros hombres les privan el derecho a una vida digna”, reflexiona en su perfil de Facebook.
Agrelo habla de los que, reducidos a números, están protagonizando constantes intentos de entrada a Ceuta en estos días. De ellos se habla como una masa, masa de hombres que intentan, a la carrera, cruzar a nuestra ciudad. La pasada madrugada unos 300, según estimaciones de la Guardia Civil, intentaron llegar por la propia frontera pero, sobre todo, por el vallado, a la altura de Berrocal.
La Benemérita se desplegó a lo largo del perímetro, con el coronel al frente del operativo, pero no se tuvo que intervenir debido a la actuación de las fuerzas marroquíes, que contuvieron, una vez más, a todos los inmigrantes.
Testigos de los hechos indican a este medio que partieron varios autobuses cargados de detenidos a primera hora de la madrugada. Marruecos se encarga de dispersarlos, alejarlos de la zona fronteriza hasta cansarlos. Pero tal misión resulta complicada puesto que el hambre y la desesperación de los inmigrantes les lleva a reintentarlo.
En el último mes los intentos de entrada han sido prácticamente diarios, sobre todo por la frontera, buscando la entrada a la carrera. Marruecos ha abortado todos en su práctica totalidad, mientras aumenta la sangría por mar, siendo constantes las salidas de jóvenes en barcas de plástico a remos que son rescatadas en condiciones extremas.
Es la frontera sur, lo que ocurre a diario en la línea fronteriza que separa el hambre del futuro pretendido y que es financiada por Europa para impedirlas entradas masivas sin mirar las condiciones en las que esos vetos se llevan a cabo.
Mientras en el CETI decenas de inmigrantes de distintas nacionalidades esperan el momento para ser trasladados a la península. Desde hace un mes están bloqueadas las marchas debido a la saturación de los centros peninsulares por la continua llegada de embarcaciones. El centro del Jaral vuelve a superar el nivel de ocupación real que debe tener de acuerdo a su construcción.
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