Cada poco tiempo, individuos incendian el container y llaman a los Bomberos para tirarles piedras {jaimage crop="BC" /}El contenedor para el depósito de escombros de las obras lleva allí meses, algunos vecinos se atreven a decir que incluso años. Para el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, SEIS, se ha convertido en un señuelo. En la noche del miércoles, informaron efectivos del Cuerpo, volvieron a ser apedreados cuando se desplazaron hasta Arcos Quebrados para sofocar el fuego originado en éste. Demasiado habitual para ser una coincidencia, añadieron las mismas fuentes.
Los residentes en la barriada advirtieron telefónicamente de las llamas en el interior de esta vagoneta aparentemente abandonada en esa parte de Príncipe Alfonso. Una columna de humo se elevaba sobre la explanada yerma y molestaba a los vecinos de las viviendas colindantes.
Pasadas las 21:30 horas, las unidades salieron del Parque de Bomberos en dirección al lugar también conocido por haber estado en las proximidades de Las Caracolas. Minutos más tarde, los efectivos se encontraban desplazados en el llano dispuestos a apagar el fuego. En aquel instante, recordaron los profesionales que atendieron la alerta, comenzó la lluvia de piedra sobre sus cabezas.
Por motivos que se desconocen, la Policía Nacional no pudo actuar en Arcos Quebrados como dicta el protocolo ante este tipo de casos. Normalmente, al caer el primer pedrusco, los bomberos se retiran hasta que los agentes de este Cuerpo de Seguridad del Estado informan que tienen controlada la situación y autorizan el paso a la zona. "Cuando comprobamos que nos estaban tirando piedras y no teníamos protección, volvimos para nuestras instalaciones porque no vamos a poner en riesgo la integridad de los compañeros por un contenedor", protestó uno de los bomberos, claramente molesto porque acuden para cumplir con su labor y se encuentran con un intento de agresión perpetrado por uno o varios individuos que lanzan cantos rodados sobre ellos.
No es la primera vez que esto ocurre y, temen, tampoco será la última. Aunque sin daños que lamentar, el dispositivo se quedó sin intervenir por este motivo y "se tuvo que apagar solo porque nosotros nos marchamos", explicó un bombero.
Desde el SEIS sospechan que el container está colocado de forma estratégica para provocar emboscadas como la ocurrida este miércoles ya que los incendios en el mismo se producen con demasiada asiduidad.
En la tarde de ayer, en el momento en el que se tomó la fotografía que ilustra el texto, tres menores de edad tiraron piedras contra el equipo de este periódico.
Uno de ellos, antes de recoger los pedruscos del suelo, se internó en lo que parece una construcción ilegal y ocultó su rostro con una bufanda o braga además de colocarse la capucha de la sudadera. Tampoco hubo daños que lamentar.