Llevan desde septiembre sin ir a estudiar. Ayoub tiene 16 años, Anas 12 y Aiman ocho. Tienen ganas de ir a clase y quieren aprender y hacer amigos, pero esperan desde que comenzó el curso a que los trámites y unas leyes que no entienden, se lo permitan. Son menores sin escolarizar y sus padres ya están desesperados. Un ejemplo de una situación que recientemente ha denunciado el partido de la oposición Caballas amenazando con llevar ante la Fiscalía al Ministerio de Educación y a la Ciudad por poner trabas a un derecho básico de estos niños. Pero Fiscalía ya lo sabe. Sus padres llevan meses luchando para que puedan asistir a clases y siguen sin encontrar solución. Nassira y Mustapha nacieron en Alhucemas hace ya 35 y 45 años respectivamente. Allí se conocieron y allí se casaron.
Pronto se trasladaron a Tetuán para iniciar su vida en común, donde Mustapha trabajó como taxista durante varios años tras estar una temporada trasladando mercancía entre Ceuta y el país vecino. “Buscándome la vida, trabajando y siempre sin problemas saliendo adelante, la verdad”. En Tetuán nacieron los dos primeros hijos. El tercero, en Madrid, a donde se fue con un visado en 1998 para trabajar como cocinero en un restaurante “muy cerca de la casa de los Reyes, en El Pardo”, recuerda. Allí estuvo cinco años. Entre medias y gracias a la reagrupación familiar, consiguió reunir a su mujer y a sus hijos junto a él, que ya iba procurando ahorrar poco a poco. “Esos ahorros son los que nos permiten ahora salir adelante”, reconoce. Luego comenzó a trabajar en la construcción, incluso fue a Bruselas donde pasó un año construyendo edificios y el año pasado la crisis le salpicó. “Le dio un infarto a la construcción y ya no podía encontrar nada de trabajo y decidimos volver”. Echan de menos Madrid, pero no podían permanecer allí sin trabajar así que decidieron probar suerte en Ceuta. “Pensamos en Tetuán pero allí los salarios son muy bajos, la verdad, y nuestros hijos para recibir educación están aquí mejor, hablan español aunque también el árabe pero siempre han estudiado en español y nosotros pensamos en ellos como es lógico”.
Y en Ceuta comenzaron a vivir una pesadilla. “Encontré una casa de alquiler por 400 euros y después de cuatro meses, teniendo contrato y todo, me dicen que es un almacén y no tiene cédula de habitabilidad entonces no me van a dar de alta en el padrón. No lo comprendo... si tenía contrato que decía que todo estaba en regla”. Entonces buscaron otra casa, en la que residen actualmente ya con todo en orden. “Pagamos 500 euros al mes y ahora cobramos una ayuda y recurro a los ahorros que tenía, pero eso no es eterno. No encuentro trabajo y lo peor es que mis hijos no están recibiendo educación”. Mustapha denuncia que en la actualidad siguen esperando por el empadronamiento y que ante la situación ha picado en muchas puertas para denunciar lo que considera “totalmente injusto”. Asegura que “nosotros queremos estar con la ley, eso por supuesto, ya que las trampas no llevan a ningún sitio, pero solo encontramos trabas”.
Hace un tiempo puso el caso en conocimiento de la Fiscalía. Explicaba que poseía un contrato legal de arrendamiento, que sus hijos tienen un número de identificación de extranjeros y que no estar empadronados impide que puedan matricularse y no poder gestionar determinados documentos como tarjetas sanitarias o renovaciones de prestaciones. “Que tarden tanto no está ni justificado ni razonado”, lamentan y piden que por favor se solvente la situación. “Van a perder todo el curso pero yo voy a luchar hasta el fin para conseguir lo que creemos que es justo”.
Desde el Ministerio de Educación aseguran que se ciñen a lo que marca la ley, mientras Caballas ha manifestado que se les está impidiendo el ejercicio de derecho a la educación contemplado en la Constitución acusando a las dos administraciones de aplicar “un diabólico plan basado en decisiones de muy dudosa legalidad y, sin ninguna duda, absolutamente inmorales, que vulneran los derechos de los menores”.