Afluencia masiva de fieles en el santuario de África para recibir al Icono de la Virgen de Czestochowa. El vicario Mateos llamó a la paz y a hacer el bien
Con algo de retraso pues venía directamente desde la península, al filo de las 20:00 horas llegó a la iglesia de África el Icono Itinerante de la Virgen de Czestochowa, imagen muy querida por el Papa Juan Pablo II, tal y como explicó el vicario general de Ceuta, Juan José Mateos: "Se trata de la Patrona de Polonia, una imagen amada por el Papa Juan Pablo II porque él durante mucho tiempo rezó delante de la Virgen de Czestochowa teniendo una fe absoluta".
A tenor de la mirada profunda, de ojos rasgados, del amor que emana la Patrona de Polonia, se entiende no sólo la admiración que le profesaba el Papa Wojty sino la que han tenido personas de todas las partes del mundo "porque este Icono", decía Mateos, "ha dado la vuelta a la Tierra ya que se ha mostrado desde la costa rusa más oriental del Pacífico norte, hasta atravesar toda Rusia, Europa, y terminar en Fátima, en el Atlántico".
Bien lo sabían los fieles ceutíes que poblaron el templo de la Patrona y que, por orden cronológico, recibieron a la Virgen, asistieron a una misa oficiada por el vicario y concluyeron con un rosario por la vida. "Es una peregrinación para rezar por la vida y por la familia", comentaba Mateos, quien continuó una ristra de palabras llena de bondad: "Se trata de pedir por tantos atentados contra la vida, por la paz en el mundo, por el fin de las guerras y de la violencia, para que se terminen las injusticias, para que las familias estén unidas, para que los padres que tienen dificultades para acoger a un nuevo hijo encuentren apoyo y ayudas, para que se termine ese terrible crimen del aborto, para que los hombres nos concienciemos en favor de la vida y pedir por la unión de todos los cristianos".
Palabras emotivas pronunciadas ante la Virgen, una reproducción puesto que el icono original, muy antiguo, de la Madre de Dios con su Niño, absolutamente venerado en Polonia, ha sufrido varios ataques a lo largo de la historia, que han dejado visibles heridas en su rostro y su cuello. De hecho el icono original está destrozado, y sobre sus restos se ha colocado el que se venera actualmente en Jasna Gora.
Pero no por ello, la belleza de la imagen que ayer pudo obsevarse en Ceuta es menor, de hecho en las miradas de los feligreses que ayer asistieron al emotivo acto religioso parecían adivinarse esas mismas palabras que ante la Virgen de Czestochowa, Juan Pablo II se consagraba a María Inmaculada: "Totus Tuus ego sum" (soy todo tuyo).