A punto de cumplirse treinta y ocho años desde el primero de los cuatro atentados con bomba que sacudieron Ceuta en la década de los setenta, continúa siendo una incógnita la autoría de los mismos. No hubo detenciones y tampoco se identificó a persona alguna relacionada con los atentados que se cobraron la vida de una persona y provocaron dieciocho heridos de diversa consideración.
La jornada más negra fue la del 27 de junio de 1975, con un doble atentado. El primero de ellos, en torno a las tres de la tarde, frente al aparcamiento del Parador Nacional La Muralla, contiguo a la sede la Comandancia General de Ceuta, que provocó heridas leves a un legionario que se encontraba de guardia.
La segunda bomba estallaba a las 16.35 horas en la antigua Comandancia de Marina, en el paseo de la Marina. Causó la muerte en el acto de Fernando Fernández Moreno, de 25 años, que resultó alcanzado de lleno. Un compañero suyo, también operario, Luis López Ramírez, resultó herido menos grave.
Con posterioridad, el 24 de octubre de 1978 resultó herido el inspector de la policía armada Felipe García, cuando intentaba desactivar el artefacto, que estaba colocado junto al edificio de la antigua estación de autobuses de Ceuta, en el céntrico paseo de Colón, hacia las siete de la tarde. Tres jóvenes que previamente habían visto un paquete sospechoso avisaron a la policía de tal extremo. La colocación del artefacto fue reivindicada por una mujer a la agencia France Press en Madrid, la mujer dijo hablar en nombre del Frente Patriótico de Liberación Marroquí y se dirigió a su interlocutor en francés.
Finalmente, la cuarta explosión, que tuvo lugar a las 20.30 horas del 6 de marzo de 1979, en una habitación de la tercera planta del hotel Ulises. Al menos quince personas resultaron heridas: cinco de ellas quedaron Ingresadas en el Hospital de la Cruz Roja y su estado fue calificado de menos grave. En el Hospital Militar quedó herido de pronóstico reservado un coronel de Caballería. Otras nueve personas, tras ser asistidas en un centro médico, regresaron a sus domicilios. Al lugar de los hechos se desplazó el entonces comandante general de Ceuta, Luis Polanco Mejorada. Al igual que en el caso anterior, una mujer que hablaba francés responsabilizó al Frente Patriótico de Liberación Marroquí, igualmente mediante una llamada a la delegación de France Press en Madrid.
Lo cierto es que nunca se supo quién había puesto las bombas, e incluso se llegó a barajar la autoría de ETA. El Frente Patriótico de Liberación Marroquí, según Carmen R. García Ruiz de la Universidad de Almería, habría sido disuelto en 1981. La profesora universitaria no dudó, en un informe titulado ‘Origen y Desarticulación del Comité Pro-Frap en Málaga’, indica que el PCE(i) “desarrolló campañas de apoyo a Argelia y de independencia para Canarias, País Vasco, Cataluña y promueve los Grupos Anticolonialistas de Baleares. En el 77 participa en atentados en Madrid y en el 79 en Ceuta y Melilla, reivindicados por el Frente Patriótico de Liberación Marroquí desaparecido en el 81”.
Tras la tercera explosión, el Ministerio de Información de Marruecos difundió un comunicado en Rabat en el que afirmaba categóricamente que no existe “ningún grupo en Marruecos, ni con simpatías hacia Marruecos, que se denomine Frente Patriótico Marroquí”. De esta forma, negaba toda posible implicación de su Gobierno en la colocación de la bomba en Ceuta, cuya explosión causó heridas leves a un inspector de policía. Esta acción había sido reivindicada por un autodenominado Frente Patriótico Marroquí. El comunicado del Ministerio marroquí señalaba también que “aunque en lo que concierne a Ceuta y Melilla Marruecos no cesó nunca de proclamar su posición, no recurrirá jamás a tales métodos”.
El día 26 de octubre, el comandante general y delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Polanco Mejorada, hizo un llamamiento a la población para que mantuviera la calma v la serenidad. “Podremos tener bajas y todas son enormemente dolorosas -dijo el general-, pero no nos harán perder ni la fe en los valores de nuestra Patria ni la seguridad de que somos capaces de mantener su integridad y su soberanía”. Por su parte, el diario El Faro de Ceuta, en un editorial sobre el asunto, apeló también a la calma y sentido común da la población, a la vez que pidió unas medidas más enérgicas en el control de extranjeros en la ciudad.