La exposición bien podría definirse, sin temor a equivocaciones, que es cien por cien la Shica. No solo recoge una selección de las peripecias del personaje al que dio vida la artista ceutí, sino que la elaboración de la misma es totalmente personal. La propia Elsa ha explicado a El Faro que “He tenido taquicardia montando la expo, eso es un lío. Dibujar, dibujo siempre. Pero otra cosa es que la gente lo vea. !Qué nervios la semana antes! !Por Dios!”. Y quizás estos nervios vengan de su implicación con el proyecto, “decidí hacerlo todo yo, irme a Ikea elegir marcos y enmarcar en mi casa. Sí, sí ese es el concepto de esta expo ‘hecho en pijama’".
Una misma filosofía de trabajo que impregna todos sus dibujos, incluidos los de ‘Antoñita la Fantástica’, un personaje que nació hace tiempo y que la propia Elsa define “como de cómic que me resulta muy fácil de dibujar, y la herramienta con la que puedo contar cosas con más inmediatez. Mientras desayuno, por ejemplo”.
Dibujar para la Shica es una forma más de expresarse que brota con la naturalidad con la siente, habla o interpreta. Una afición que reconoce que surgió “a los seis años, o así, porque me entraron ganas y ya está”. No hacen falta más explicaciones, pero sin embargo, las ganas fueron convirtiéndose en necesidad y “los rotus” fueron sustituidos por “bolis que son tipo rotring, de tinta, y después !descubrí la tinta china!”.
Ésta técnica de trabajo ha sido la encargada de permitir que la Shica descubra la magia de los colores, “estoy flipada con las cosas que pasan cuando mezclas tinta y agua, me encanta mirar lo que hacen juntas”. Una magia que causa el mismo efecto en quien observa sus dibujos, “a mis amigos y en Facebook molaban mucho”, y por este motivo surgió la exposición.
“Soy una dibujanta dominguera”
Una de las señas de identidad de la Shica es su naturalidad. Una característica que también se percibe en sus obras porque “soy una dibujanta dominguera. Aunque al final le echo un montón de horas, es una cosa que hago sólo si tengo ganas. No es trabajo, es placer. Es para esos ratitos que una se mete para adentro y piensa en sus cosas”. Todo es sencillo: “En general, no sé muy bien por qué canto, bailo, dibujo o lo que sea. Supongo que porque si no hiciese esas cosas, me volvería loca. Me inspira la vida, con toda lo que te ofrece”.