“Las actuaciones proyectadas en la playa Benítez y la playa de San Amaro se ubican en el área crítica para la Patella ferruginea según la estrategia de conservación en España, y afectarán de forma significativa a las poblaciones de esta especie en peligro de extinción. Los efectos negativos se producirán tanto sobre las poblaciones ubicadas sobre las escolleras del puerto como sobre aquellas insertadas en los medios rocosos de las citadas playas”. Así finaliza el escrito mediante el cual ayer se dio a conocer, a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) la negativa del Ministerio de Medio Ambiente al proyecto de regeneración de las playas de Benítez y San Amaro presentado por la Autoridad Portuaria de Ceuta dentro de la segunda fase de ampliación del Puerto.
Puesto que, previsiblemente, esa ampliación provocará el basculamiento de las playas de Benítez y San Amaro en longitud y anchura, el proyecto de ampliación contempló la adaptación de dichas playas a las nuevas estructuras portuarias estableciéndose configuraciones más estables. Las obras previstas en ese documento indicaban aporte de arenas, en concreto, 52.731,56 m3 para la playa Benítez y 60.107,45 m3 para la playa de San Amaro.
Fueron varios los organismos que plantearon, al hilo de este proyecto, cuestiones que podrían generar controversia. Entre ellas la organización ecologista ceutí Septem Nostra que, tal y como indica el BOE, recomendó que “los sedimentos presentasen una granulometría similar a la actualmente existente con el fin de no desencadenar procesos de deriva litoral, ni aumentar los niveles de turbidez en las aguas”. Asimismo también señaló “la necesidad de un estudio bentónico de los fondos del área de estudio que proporcione una correcta selección de los lugares a dragar en función de la biodiversidad existente en los mismos”.
Otro de los inconvenientes que planteaba el proyecto era el impacto medioambiental sobre las poblaciones de Patella Ferruginea. El Puerto planteó el traslado de los bloques donde se asientan las poblaciones afectadas. Sin embargo la Subdirección General de Medio Natural del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se muestra, tal y como consta en el BOE, desfavorable a la propuesta del promotor de reubicación de ejemplares. De la misma forma, el grupo de trabajo de aplicación de la estrategia de conservación no ha alcanzado un acuerdo sobre la idoneidad del traslado de lapas ya que existen en la actualidad elevadas incertidumbres sobre la viabilidad de las medidas de reubicación. Por ello el Ministerio de Medio Ambiente “formula una declaración de impacto ambiental desfavorable, al concluirse que dicho proyecto previsiblemente causará efectos desfavorables significativos sobre el medio ambiente, y al considerarse que las medidas previstas por el promotor no son una garantía suficiente de su completa corrección o su adecuada compensación”.