Fuentes policiales consultadas a pie de frontera por ‘El Faro’ no dudan en señalar que estas incidencias que llevan produciéndose desde hace días están provocadas por las retenciones que generan los agentes marroquíes, ya que se imposibilita el tránsito con la fluidez debida, ya que cortan en su lado y España no puede dejar que salgan bultos y se forme un colapso. Si no se controla esta salida, “el Biutz se llena”, advierten los agentes, lo que daría pie a una situación “incontrolable”.
Ayer mismo a las once en punto de la mañana fue cuando se dejó la marcha de un elevado número de porteadores que empujando carretillas, con bultos más o menos grandes, terminaban cruzando a gran velocidad la frontera incluso por los carriles de los vehículos.
Quienes se dedican a la carga de los bultos son los primeros en denunciar esta situación. Dicen que se les impide pasar, y que a algunos se les está quitando el pasaporte o se les está poniendo “la marca roja” con lo que ya no pueden entrar en Ceuta más. Critican que esta situación se está produciendo en las últimas semanas. “No entendemos por qué no nos dejan salir”, indica una mujer. A su compañera le han “manchado el pasaporte”, a ella, dice, todavía no, aunque sabe lo que son los golpes.
En el día de ayer la situación fue igual tanto por la mañana como por la tarde y noche. Los porteadores se apostaban en la rotonda del Tarajal esperando que se les permitiera la salida. En el mismo lugar donde hace escasos días a punto estuvo de caer un vehículo que quedó, milagrosamente, bloqueado a medio camino, tras precipitarse desde la curva del Jato.
Lo que ahora sucede en la frontera no es nuevo. Se repite cíclicamente, dejando en evidencia las relaciones con el vecino país. Al final la problemática termina dando pie a un enfrentamiento de competencias: la Policía impide la salida de porteadores mientras la Guardia Civil asiste pasiva a la contemplación de un espectáculo que deberían controlar ellos al tener la competencia en materia fiscal. Los policías nacionales son los que se sitúan a la entrada del Tarajal y los que dan orden de cuándo se permite el paso y cuándo no. ¿Problema de orden público o control fiscal? Responder a esta pregunta vendría a poner luz a las competencias que está teniendo cada uno en la zona. El resultado, al margen de estas diferencias, es único: descontrol por donde se mire.
El bloqueo en un tráfico normal de personas incide en todos, ya que las colas que terminan llegando hasta Juan XXIII afectan a todos los ciudadanos y el corte de la frontera impide que entren otras personas que no sean porteadores.
El desorden que incide en el todo
ADESC considera que esta problemática no tiene un único culpable, es más, su presidente Abdelmalik Amar apunta a que la solución no radica en culparse unos a otros de lo que está pasando. “Todo esto forma parte del universo de las aduanas del Tarajal y de Bab Sebta. El asunto de los porteadores es mucho más delicado de lo que parece, pues cualquier acción que vaya en su contra también lo hace en detrimento de la Ciudad, son números de volumen, si un porteador no pasa la consecuencia es que no gasta, y eso lo sufre el cómputo general”, advierte. El hecho es que no hay orden, y sin eso lo que predomina es el descontrol. “Lo ideal sería establecer fórmulas de paso, pues una de las cosas que más fomenta el colapso son las vueltas que da el porteador, es decir, el porteador entra, compra y se va, y otra vez vuelve a entrar, y así se pasa el día. Una fórmula sería identificarle, darle un carnet, estableciendo un número de entradas al día, una o dos, o las que se consideren oportunas, de modo que el paso lo realice delante de un lector electrónico que facilite o deniegue la entrada conforme a las claves contenidas en ese carnet. Esto evitaría el desorden existente en un gran porcentaje”, añade.
“Está viniendo todo Marruecos”
Buena parte de los problemas que se están produciendo en la frontera tienen que ver con la celebración, el próximo viernes, de la Pascua del Sacrificio. En medio de este caos aparecen cientos de personas que se dan toda la prisa del mundo para salir, trasladar la mayor cantidad de mercancía y poder ganar así algo más de dinero para la celebración de la Pascua. “Nos está viniendo todo Marruecos”, señala un agente de la Policía Nacional. Se refiere a la gran cantidad de porteadores y no porteadores que están entrando en Ceuta, en un número que resulta incontrolable.
La muerte de dos mujeres en el polígono se ha convertido en una auténtica pesadilla para la Policía Nacional. Quieren evitar a toda costa una situación de colapso para, frenando posibles masificaciones, no dar pie a que se organicen más avalanchas. Lo que pasa es que indirectamente siguen produciéndose riesgos. Los hombres y mujeres que quieren pasar bultos se apostan en la frontera y no se mueven hasta que la Policía permite su salida o hasta que conocen del cambio de criterio de Marruecos. Mientras se exponen a enfrentamientos, accidentes y situaciones adversas a las que no pueden hacer, de momento, frente.
La presión es evidente ya no sólo en el volumen de porteadores, se aprecia también en la entrada de vehículos, siendo ya constantes las jornadas en las que la Policía se ve obligada a abrir todos los carriles para dar salida a la cantidad de turismos que esperan entrar. Esa presión se acrecienta aún más conforme se aproxima la celebración de la Pascua, prevista para el próximo viernes.