Como el país, los centros educativos parecen no tener liquidez ni para lo básico. Cuando, hace 8 días, los claustros volvieron a sus puestos, los directores de siete colegios, los que disponen de comedor escolar, se encontraron en las cuentas corrientes de sus centros con que las transferencias ministeriales para atender este servicio se habían reducido “alrededor de un 20%”.
Fue un contratiempo más o menos digerible en una partida “habitualmente bien dotada” que no condujo a la alarma. Más o menos, el equivalente a otro agujero en el cinturón.
De los ingresos para mantenimiento y gastos generales no había en sus registros bancarios, sin embargo, ninguna novedad. Ayer, cuando tocó abrir las puertas, seguía sin haberla. Ante la penuria, en varios centros educativos que pidieron no ser mencionados por sus nombres se instó a los alumnos a contribuir con folios y hasta papel higiénico, cada uno en la medida de sus posibilidades”, según informaron fuentes de distintos colegios.
Las becas, un “drama”
Las dificultades, sin embargo, se multiplicarán exponencialmente a partir de hoy, cuando cada familia se vea cada día ante la tesitura de sacar dinero “de donde no hay” para adquirir los libros de texto que ayer encargaron los maestros a sus alumnos y el resto del material escolar sin horizonte concreto para recibir las becas de Primaria que gestiona el Ministerio de Educación y cuya convocatoria aún no se ha publicado siquiera.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ceuta, Mustafa Mohamed, calcula que “el 70%” de las familias de los más de 5.000 estudiantes de este nivel en centros públicos se encontrará con “graves dificultades” para hacer frente a este desembolso, que las asociaciones de consumidores cifran en un mínimo de 300 euros por alumno. Ya nada o casi nada (mochilas, ropa, material fungible...) se destina a solidaridad con el país vecino. Las necesidades locales lo absorben “todo” y asociaciones como Digmun están “desbordadas”.
“El inaceptable retraso que está sufriendo la publicación de la convocatoria, que conlleva que aunque se hiciese pública mañana aún se demorará varios meses el abono de las ayudas, es sin duda la nota más sobresaliente, por dramática y negativa, del inicio de las clases”, valoró el presidente de la Junta de Personal Docente No Universitario, Juan Luis Aróstegui, nada más terminar la primera jornada lectiva del año académico.
Este periódico intentó ayer sin éxito en infinidad de ocasiones obtener una valoración del inicio de las clases del director provincial de Educación, Cecilio Gómez, que la semana pasada dijo esperar “en breve” la convocatoria de las becas de Primaria.
Penurias económicas a un lado, con unidades de la Policía Nacional y la Policía Local ante las puertas de cada centro, apenas se registraron incidencias en la apertura de las aulas, que sólo tuvo que ser postergada hasta hoy en el CEIP Severo Ochoa debido a un problema de humedades.
Unos 20 docentes menos
Un total de 570 docentes entraron en la dinámica rutinaria de las clases, diez menos que el año pasado y doce por encima del cupo inicial. “El objetivo de minimizar los efectos de la ampliación de jornadas se ha conseguido y el número de puestos de trabajo docentes perdido va a ser, finalmente, exiguo, aunque debería haber sido nulo”, reconoció Aróstegui, quien volvió a lamentar que “un año más” la Junta de Personal arranque el curso “volvieron a lamentar las deficiencias y las carencias de siempre” en forma de masificación en las aulas.
En los institutos de Enseñanza Secundaria (IES), que irán volvieron a su actividad habitual a lo largo de la semana y se espera que el lunes que viene ya estén incorporados plenamente y en su totalidad a ellos, trabajarán este curso finalmente 533,5 docentes, también alrededor de una docena menos que hasta junio.
El año académico arranca con 570,5 maestros, 12 sobre el cupo
La actividad lectiva en los colegios de la ciudad autónoma arrancó ayer con un total de 558,5 maestros en los colegios de la ciudad autónoma (incluido el de Educación Especial de San Antonio), doce por encima del cupo inicial establecido y una decena por debajo de los que trabajaron efectivamente en los centros educativos de Infantil y Primaria durante el curso que terminó el pasado mes de junio. Por niveles, en Infantil empezaron a trabajar un total de 141 maestros, según los datos oficiales a los que ha tenido acceso este periódico. En Primaria hicieron lo propio 344,5, mientras que dedicados expresamente a Educación Especial lo hicieron 85. Todos ellos atienden a las 336 unidades existentes en toda Ceuta.
La FAMPA, dispuesta a movilizarse si no hay soluciones “inmediatas”
La Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ceuta se reunirá este miércoles para coordinar el trabajo que ha iniciado con el fin de crear un banco de libros y material escolar para los estudiantes más necesitados y estudiar respuestas a la falta de recursos apreciada nada más arrancar el curso en los colegios públicos, así como el retraso que acumula el Ministerio de Educación en la publicación de la convocatoria de las becas de Primaria, un asunto “fundamental” para el inicio del año lectivo, según destacó su presidente, Mustafa Mohamed, en declaraciones a ‘El Faro’. La Federación “no descarta”, si la Administración no articula “soluciones reales e inmediatas” la convocatoria de movilizaciones.
El “ejemplo” del Vicente Aleixandre
El CEIP Vicente Aleixandre, que desde hace tres años gestiona un banco de libros de texto al que las familias acceden a cambio de una fianza simbólica de diez euros que recuperan cuando los devuelven en buen estado, ha ampliado su política de reutilización de materiales a uniformes, ropa, mochila y material escolar general para reducir “al máximo” las peticiones de gasto a los progenitores de sus estudiantes. La FAMPA pide que se siga su “ejemplo”.