En otros artículos ya me ocupé hace unos años, desde el punto de vista jurídico, del latrocinio alevosamente cometido por la escuadra anglo-holandesa contra Gibraltar cuando en 1704 nos fue robado a mano armada, vulnerando los más elementales principios de soberanía e integridad territorial de España que el Derecho Internacional ampara a todos los Estados, y conculcando después los numerosos mandatos y Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que Gran Bretaña descolonice el Peñón y lo restituya a España; de los luego los distintos gobiernos británicos no han hecho otra cosa que reírse a carcajadas de nuestro país y de la propia ONU.
Pero hoy sólo me voy a referir al importante papel que desempeñó en la información dada sobre aquel incalificable suceso por la Gaceta de Madrid, periódico fundado en 1677, entonces semanal, que fue el embrión del actual Boletín Oficial del Estado; al igual que informó del fallido intento británico de hacer exactamente lo mismo para apoderarse de Ceuta, cuya ciudad pudo haber sido otro Gibraltar de no haber sido por hallarse al frente de ella el que entonces fuera su gobernador, el valiente marqués de Gironella. Aquella labor informativa de la Gaceta sobre ambos sucesos creo que merece ser conocida por su indudable valor histórico, sobre todo teniendo en cuenta que el rey español Felipe V impuso una férrea censura a la prensa española tratando de ocultar al pueblo tan grave pérdida, quizá por aquello que su abuelo el rey Luis XIV de Francia le aconsejara el 3-12-1700, al inicio de su reinado: "Sed el dueño y no os dejéis gobernar".
Sobre la toma de Gibraltar son profusas las fuentes bibliográficas, de las que entresaco la Historia de Gibraltar del que fuera el sacerdote más antiguo de San Roque, Gregorio Guerra, escrita en 1782; Ignacio López de Ayala, Historia de Gibraltar escrita también en 1782; Fernández-Guerra, en 1860; Correa de Franca, Historia de Ceuta, siglo XVIII; sobresaliendo los datos que se publicaron en la Gaceta de Madrid, que en 2004, en el 300 Aniversario de la ocupación del Peñón, recogió el cronista de Los Barrios (Cádiz), Manuel Álvarez Vázquez; etc. Resumiendo las diversas fuentes, el 4-08-1704 la escuadra aliada del almirante inglés Rooke y el Príncipe holandés Hesse-Darmstadt, representante del archiduque Carlos de Austria que disputaba el trono a Felipe V, asaltaron Gibraltar con 61 buques, 4.000 cañones y más de 34.000 hombres que hicieron 20.000 disparos de artillería contra la exigua guarnición de 70 españoles que lo defendían, acribillándola a bombazos hasta conseguir que se rindieran. Conquistado el Peñón, conforme a lo previamente pactado, Hesse-Darmstadt corrió a enarbolar la bandera de Holanda, porque el archiduque Carlos pretendía organizar su resistencia contra Felipe V desde la Roca; pero Rooke, traicionando el acuerdo, no lo permitió, arriando la bandera holandesa e izando la británica, proclamando que el Peñón pasaba a ser de Gran Bretaña. Y así fue como ambos robaron ilegítimamente Gibraltar a España.
Hasta el 12-08-1704 la Gaceta de Madrid no pudo informar de la rendición de Gibraltar, porque entonces tardaba cinco días en llegar a Madrid cualquier correo extraordinario enviado desde la Roca. Su noticia fue escueta: "La Armada de los Enemigos (respeto el texto con las faltas de ortografía), despues de aver dado diferentes bordos sobre las Costas de Berveria, y algunos en las de Andalucia, se dexo finalmente caer sobre Gibraltar; y desembarcando mas de 41mil hombres, embistieron la Plaza: y aunque la Guamicion cumplio como debia en su defensa, fue preciso rendirse el dia 4 debaxo de honrada Capitulacion" (Gaceta, 12-08-1704: 154). Dos semanas más tarde de la pérdida de Gibraltar, el martes 19 de agosto, publicó la Gaceta que los gibraltareños abandonaron su ciudad por lealtad a su rey Felipe V: "Aviendo (sic) ofrecido los Enemigos a los vezinos de Gibraltar mantenerlos en la possesion de sus Privilegios y las aziendas, ninguno quiso quedarse, saliendose todos con sus familias a vivir debaxo del suave Dominio del rey nuestro Señor" (Gaceta, 19-08-1704: 158).
Una semana después de caer Gibraltar, el día 12, aprovechando que Ceuta estaba asediada por el rey marroquí Muley Ismail, que la tuvo sitiada durante 33 años, los británicos pactaron con los marroquíes ayudarles por mar para que ellos avanzando por tierra y la conquistaran. Pero este pacto ocultaba el deliberado propósito de los británicos de quedársela luego para sí, utilizando el mismo ardid engañoso empleado contra sus propios aliados holandeses cuando les arriaron su bandera. Ceuta estuvo así a punto de ser otro Gibraltar, pero lo evitó su gobernador el valiente marqués de Gironella, que tuvo lo que hay que tener para no dejarse intimidar. Un buque de guerra aliado entró en el Puerto de Ceuta conminándole a que se rindiera; pero él les respondió conminando a su vez a los agresores, advirtiéndoles: “No reconozco otro dueño que al Rey que me entregó Ceuta para su defensa, y por ella moriré primero entre sus ruinas antes que dejarla en otras manos ni que se vea señoreada de otros estandartes; y no se me vuelvan a hacer más proposiciones sobre semejante materia, porque además de no volverlas a oír, experimentaría mi firme resolución”. Cuando los aliados vieron que estaban ante un gobernador tan bien plantado desde los pies a la cabeza, dispuesto a hacerles frente y a morir por Ceuta, se retiraron. El 19-08-1704 la Gaceta publicaba un artículo resaltando el valor y la heroica resistencia de Gironella, elogiándolo bajo el título de “Gobernador meritísimo de Ceuta”.
Correa de Franca en su Historia de Ceuta recoge que siempre Ceuta y Gibraltar, mientras ésta fue española, mantuvieron excelentes relaciones tanto económicas como militares, estrechando lazos familiares y de buena vecindad entre sus habitantes. Por lo general era Gibraltar la que socorría a Ceuta, aunque también ésta lo hizo a aquélla con cierta reciprocidad; pero al producirse la pérdida del Peñón en 1704, poca ayuda pudieron ya prestarse mutuamente. Además, la guarnición militar de Ceuta había quedado muy mermada con la movilización general destinada a defender la frontera de Portugal que por entonces estaba en guerra con España. En la Gaceta de Madrid aparecen noticias del asedio marroquí y anglo-holandés a Ceuta, aunque con menor extensión que las noticias sobre el posterior asedio español impuesto a Gibraltar para tratar de reconquistarlo. En resumen, Ceuta no se rindió a los aliados días pese a que días antes conquistaran Gibraltar, siendo por ello muy elogiada la leal resistencia ejercida por el marqués de Gironella, pese a encontrarse gravemente enfermo, secundado por el obispo Vidal Martín del Campo con el clero y todo el pueblo ceutí levantado en armas.
Meses después la Gaceta informó de la lamentable muerte natural en la plaza del gobernador Gironella (Gaceta, 4-11-1704: 202). Y en diciembre siguiente también dio la noticia de que desde Mequinez llegó a Ceuta un fraile conduciendo cautivos que Muley Ismail enviaba al rey español (Gaceta, 9-12-1704: 222). Pero la información más importante y novedosa de la Gaceta sobre Ceuta se refería a la alianza anglo-holandesa con el rey marroquí que cercaba Ceuta para ayudarle a recuperarla. Algún historiador inglés pone en duda que los aliados austracistas, después de su fallido intento para que Ceuta se rindiera, tuviesen interés en perjudicarla, indicando que mientras se llegaba a un entendimiento con el gobernador de Tetuán, el archiduque había ordenado que no se atacaran los barcos que conducían suministros a Ceuta, porque no deseaba que ésta cayese en poder musulmán. Sin embargo, no cabe duda que, tras la rendición de Gibraltar, los partidarios del archiduque Carlos de Austria pretendieron beneficiarse de la alianza con los marroquíes sin importarles el perjuicio para Ceuta y su población, como puso en evidencia la publicación de una carta del príncipe de Hesse-Darmstadt a Muley Ismail, pidiéndole caballos y provisiones que necesitaban en Gibraltar (Voltes, 1953: 73-78).
Lo anterior, está probado por otra carta descubierta más recientemente que los aliados remitieron a Ceuta (Vargas-Machuca-2000: 187-204), informando de las negociaciones inglesas con el rey de Mequinez, aunque éste "nego los Cavallos que le pedían, con el pretexto de que iba contra su ley darlos si no era con ginetes" (sic). Los ingleses incluso habían mandado a Marruecos un enviado de la reina de Inglaterra que desembarcó en Tánger, quien mantuvo varias entrevistas con el rey marroquí, donde trataron de la organización del definitivo ataque a Ceuta, acordando incluso que, una vez conquistada la ciudad, iría el propio Muley Ismail en persona a tomar posesión de ella, según filtraron a la prensa; pero el verdadero propósito de los ingleses era engañarle como antes lo hicieron en Gibraltar con el príncipe holandés Hesse-Darmstadt cuando el almirante Rooke le obligó a retirar la bandera, sustituyéndola por la británica.
Ello lo ratifica en su Historia de Ceuta Correa de Franca, que hace una minuciosa descripción del asedio (edición 1999: 310-379), e igualmente figura documentado en un texto manuscrito añadido (Gaceta 19-XII-1704). Colección de la Biblioteca Nacional, por la que se sabe que ese número se reimprimió incluyendo un texto que informaba de las negociaciones inglesas con el rey de Mequinez. A pesar del desacuerdo por lo que respeta al envío de los caballos marroquíes a los aliados en Gibraltar, desde el Peñón se intentó a toda costa la pretendida alianza con los marroquíes, de la que dio detallada información la Gaceta de Madrid, añadiendo la sorprendente y novedosa noticia de cómo el ingeniero militar Srnitt (inglés) se trasladó desde Gibraltar hasta el frente de Ceuta para ayudar al rey Muley Ismail en el cerco (Gaceta, 3-11-1705: 35-36).
Otro dato importante a resaltar es que, pese a las exiguas tropas de que Ceuta disponía estando sitiada, facilitó una Unidad especial con 500 soldados escogidos con el objetivo de dar un golpe de mano para reconquistar Gibraltar. Fue la aventura corrida por el coronel Antonio Figueroa y su hermano el teniente coronel Francisco Figueroa. Refiere Juan Romero, sacerdote que se quedó en Gibraltar y presenció el suceso, que éste ocurrió el 11-11-1704 (APSR, libro de matrimonios). El cabrero español de Gibraltar, Simón Rodríguez Susarte, guió a los 500 españoles por el camino semioculto del Algarrobo hasta la cumbre de la Silleta.
Alcanzaron la cúspide en la Silleta, tomando la Torre del Hacho y matando a los centinelas. Pero luego fueron repelidos porque no recibieron desde abajo la ayuda prevista y sólo disponía cada soldado del comando español de tres balas. Los hermanos Figueroa y parte de sus hombres pudieron escapar con el cabrero ocultándose en una cueva, pero varios oficiales murieron despeñados por el Salto del Lobo, cayendo prisioneros 200 soldados (Gaceta, 18-11-1704: 210 y AHN- Estado, leg. 559). En el asalto también participaron los hermanos Tortosa, prestigiosos minadores que tenían prestados excelentes servicios a las defensas de Ceuta.
La Gaceta del 11-11-1704 informó de la operación del coronel Figueroa, sin citar al cabrero y reduciendo a 150 los soldados intervinientes: “El dia 11 por la mañana 150 Españoles Voluntarios, comandados por el Coronel Figueroa, se arrojaron al Monte a desalojar a los Enemigos, pero aviendolo savido estos (sic), se adelantaron en mayor número: y despues de una reñida contienda, con muertes de ambas partes, se retiraron los nuestros, cediendo al mayor numero, con perdida de algunos Oficiales. Nuestra Bateria prosigui6 el fuego con mas tesson, y mas acierto que nunca, estando la gente muy alentada, no obstante el socorro, que han entrado los Enemigos, concurriendo con la novedad mucha gente de los Lugares para los trabajos” (Gaceta, 18-11-1704: 210).
En conclusión, la Gaceta prestó un excelente servicio al pueblo para que mejor conociera tan injusta agresión a España perpetrada por los anglo-holandeses, apoderándose de Gibraltar, que 312 años después aun continúa sin serle restituida, siendo un inconcebible anacronismo y una increíble aberración que la Europa del siglo XXI permita una colonia en su territorio comunitario. Ceuta estuvo destinada a ser otro Gibraltar, pero la salvó el bravo gobernador Gironella. Pienso que tan valiente militar, bien que merecería alguna vez un homenaje póstumo de Ceuta.