Cuando la deficiencia visual y la auditiva se unen, puede hablarse de sordoceguera, una discapacidad que si no se aborda, puede provocar el aislamiento de los que la sufren. Y contra eso es contra lo que luchan desde la Asociación de padres de Sordociegos de Ceuta, consciente de las dificultades que encuentran en el camino los que aúnan varias deficiencias, pero también conscientes de que se puede hacer mucho por ellos y por normalizar su situación eliminando las barreras que se encuentran en su camino tanto sociales como arquitectónicas o de cualquier tipo. Un stand ubicado ayer en el Revellín con los miembros de la entidad presentes y presididos por Mª Carmen Rosino, atendía a todos los que se acercaban para solicitar información.
Las personas sordas o hipoacúsicas pueden leer los labios, pueden aprender a vocalizar, y se pueden comunicar fluidamente con lengua de signos. Las personas ciegas se comunican oralmente con normalidad. Las personas sordociegas pueden tener un resto visual, pero no es suficiente para comunicarse como si fueran sordas. También pueden tener un resto auditivo, pero no es suficiente para que se comuniquen oralmente como si fueran ciegas. La imposibilidad para comunicarse con las demás personas y con el entorno, es lo que caracteriza a las personas con sordoceguera.
Y es ahí, donde entran reivindicaciones como la del incremento de intérpretes, tan necesarios para que los sordociegos disfruten, como cualquier otra persona, de la posibilidad de integrarse en la sociedad.
Se estima que en España hay unas 6.000 personas sordociegas, además de las personas que adquieren la sordoceguera en la tercera edad.