A los dos partidos en la oposición en la Asamblea, la coalición Caballas y el PSOE, no les ha sentado nada bien que el Gobierno de la Ciudad haya decidido prescindir, por motivos presupuestarios, de las casetas que tradicionalmente han servido para la instalación de la Feria del Libro Ambos cargaron contra la decisión de la Consejería de Educación y Cultura, que ha cifrado en unos 30.000 euros el coste del alquiler, montaje, transporte y vigilancia de estas casetas, destacando que se trata de una partida presupuestaria que, por su cantidad, podría haberse mantenido.
El PSOE, a través de su nuevo secretario de Participación y Redes, Andrés Pérez Triano, consideró ayer que al Gobierno de Juan Vivas “no le tiembla el pulso cuando de recortes culturales se trata”. El socialista ha criticado la falta de iniciativas que, a su juicio, tiene la Ciudad para suplir este déficit, al tiempo que ha lanzado al aire propuestas para atender al gremio de los libreros, “que podían disponer de un espacio en el auditorio de la Manzana del Revellín o en el Museo, sin que eso supusiera tanto coste”, apuntó.
Por su parte, Caballas, ha aprovechado la eliminación como tal de los stands la Feria del Libro para insistir en que el Gobierno local “sigue sin saber cual es el estado real de las arcas municipales” y que en su acción para evitar un endeudamiento mayor “sólo se ha planteado reducir las nóminas a los empleados del Ayuntamiento y eliminar actos como la Feria del Libro”.
Caballas considera que este evento cultural de fomento de la lectura y la venta de libros por primera vez “en muchos años dejará de celebrarse en nuestra ciudad” para ahorrar “poco más de 30.000 euros”, una cantidad que “perfectamente”, dice la coalición se podría detraer de otros gastos, dice la coalición “como los constantes viajes a Madrid”.
37.000 euros, un cuadro
“Lo que si puede tener todo el mundo claro “, dice Caballas, “es que eliminando la Feria del Libro no se soluciona en absoluto la situación económica de la Ciudad y que utilizando fórmulas imaginativas se puede reducir el presupuesto de un acto cultural como ese con respecto al gasto que supuso en ejercicios anteriores”, añade. Como ejemplo Caballas recuerda que hace dos años la Ciudad un cuadro por un importe de 37.000 euros, “más que lo que cuesta la Feria del Libro”.
Al no ser posible adquirirlos este año debido a la escasa disponibillidad económica, la Consejería decidió, y así se le explió a los libreros, realizar otro tipo de programa de actividades de fomento y promoción de la lectura, cuya programación se está elaborando ahora. Igualmente se baraja que los libreros ocupen otros espacios cerrados para colocar sus expositores, dentro de la propia Manzana del Revellín para así poder realizar sus promociones y actividades propias.