Pocos hubiesen pronosticado a inicios de temporada que este duelo a estas alturas no iba a suponer más que un aliciente deportivo para uno de los dos contendientes. Pero así es. El Ceuta visita al Lucena sin la garantía de una lucha clara por un objetivo concreto, mientras que su enemigo se encuentra acariciando una zona de play off que se antojaba casi imposible para sus pronósticos de arranque. La realidad es única: el Ceuta tiró por la borda demasiadas esperanzas demasiado pronto y ahora sólo trata de solventar sobre el terreno de juego la búsqueda de moral necesaria para finalizar el curso de una forma más merecida que la que muestra la clasificación actual.
No será el Ceuta un mero invitado en la fiesta de Lucena. Es más, el carácter competitivo de los de Sergio Lobera está reflejando el nivel de una plantilla construida para más de lo que puede ahora alcanzar. El favoritismo, eso sí, será para un cuadro local que parece ir en volandas hacia la lucha por el ascenso.
El equipo ceutí llega a la cita tras la dura derrota ante el Cacereño en casa en una remontada que dolió mucho en el grupo, aunque las circunstancias inviten a pensar que tal vez las mentes se encuentren ahora bastante lejos de preocupaciones deportivas.
Pero con el pitido inicial la realidad será otra y los problemas económicos deberán quedar al margen. Lobera sabe que ganar en un campo difícil como el Ciudad de Lucena sería una demostración más de que el trabajo colectivo está avanzando más allá de lo imaginable. Con todo ello como contexto, el Ceuta llega con dos bajas significativas por sanción. Pereira, que se había hecho con un sitio preferente en la zaga durante el último periodo de campeonato, no será de la partida, por lo que parece que Blanco podría tener un lugar en el centro de la defensa junto al habitual Germán. Otra opción es la de Ale Hornillo, que ya se encuentra recuperado y podría ir teniendo minutos para recuperar el tono físico. Las alternativas para la otra ausencia son también numerosas. Ekedo fue expulsado ante el Cacereño y no podrá formar parte del centro del campo de Lobera, una baja importante sin se valora el carácter competitivo y el valor físico del jugador.
Samu podría entrar en su lugar para contener o Alfaro para tener más posesión, aunque Julio de Dios sí será un fijo en el once.
Junto a ellos, Aitor y Añete pelean por un sitio en la mediapunta, mientras que Guzmán y Diego Segura volverán a ser los encargados de marcar las diferencias si los espacios lo permiten.
Elvis quiere un sitio en el once y así lo demanda con sus últimos intensos entrenamientos, aunque Fernando llegará a tiempo para jugar tras estar entre algodones durante parte de la semana. Juegue quien juegue arriba, la búsqueda del gol debe ser constante si el Ceuta pretende tener opciones de pescar algo en un territorio complicado.
Será el turno de nuevo de comprobar la mentalidad de un grupo dolido por todo lo que rodea a lo deportivo, aunque sobradamente preparado para dar la campana en Lucena y sentirse importante nuevamente.