La Ciudad hizo entrega este miércoles de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Policía Nacional. Es un reconocimiento para todos los agentes que conforman la Jefatura de Ceuta, para los hombres y mujeres que integran las distintas unidades.
Se echó en falta más presencia de policías entre los asistentes, puesto que la medalla en sí, el reconocimiento, es para ellos. Quizá el acto oficial pudo haberse previsto de una manera mucho más abierta y participativa para que hombres y mujeres que integran la Policía Nacional sintieran esa medalla como lo que realmente era, una respuesta de agradecimiento a su labor.
Los protocolos mandan, lo hacen sin afear un ápice el sentido que debe tener esta medalla, sin duda la mejor de las condecoraciones, en el día a día de unos policías que, desde sus distintos departamentos y áreas, intentan que el sistema funcione como debe, siempre en beneficio del ciudadano y contrario a quienes han elegido como modo de vida estar al margen de la ley.
La Policía Nacional es una institución muy valorada en Ceuta. Es la que se queda, la que permanece. Los mandos pasan, van y vienen, pero la institución es la que sigue y avanza fortalecida gracias a los servicios que se llevan a cabo y que permiten que las normas y la transparencia estén por encima de las oscuridades y los ilícitos.
La Ciudad premió a este Cuerpo y lo hizo además tras un acuerdo plenario unánime, algo que no siempre se consigue.
Como institución, además de otorgar este reconocimiento, puede hacer más. Puede visibilizar las necesarias mejoras que requieren los agentes, instando a las administraciones competentes a hacer más para que existan recursos suficientes y se tenga por fin una sede digna que venga a sustituir a la reparcheada de Colón.