Mientras que el CETI alcanza la cifra de ocupación de inmigrantes más baja de los dos últimos años y la ciudad olvida los recientes meses de presión migratoria sobre las fronteras, Marruecos explota su papel de gendarme al otro lado del Tarajal vetando los intentos a la desesperada que llevan a cabo los subsaharianos para conseguir, únicamente, entrar en Ceuta
La madrugada del pasado viernes, las fuerzas marroquíes conseguían frustrar el pase de unos 50 subsaharianos que, a la carrera, se aproximaban hacia el espigón del Tarajal, convertido en auténtico salvavidas para cientos de hombres y mujeres que durante este verano han conseguido su plaza en el CETI por esta vía.
El grupo, tal y como han confirmado fuentes oficiales a ‘El Faro’, no llegó ni a aproximarse a la zona fronteriza que separa la ciudad del vecino país, ya que al ser detectado en plena salida los marroquíes vetaron su tránsito sin darles posibilidad de alcanzar la playa. Según las mismas fuentes, de los cincuenta componentes del grupo se habría conseguido la detención de unos 25.
Miembros de oenegés que trabajan con los inmigrantes al otro lado de la frontera han destacado la debilidad física como característica de estos supervivientes que pasan los días intentando burlar los controles policiales, las redadas y consiguiendo comida para subsistir en los montes a la espera de intentar llegar a Ceuta. Un objetivo cada vez más difícil, después de que el blindaje marroquí fuera efectivo lo que se ha traducido en que desde el pasado diciembre no se ha producido entrada alguna de grupos mayoritarios de subsaharianos.
De hecho, al margen de este intento, el último conocido tuvo lugar la semana pasada cuando cuatro inmigrantes quisieron alcanzar Ceuta a través del paso de Benzú. Uno de ellos se lanzó al agua para evitar la detención de los marroquíes muriendo en el intento. Su cadáver era encontrado 24 horas después en aguas marroquíes, tal y como se informó en anterior edición.
A fecha de hoy el CETI tiene censados a 470 subsaharianos, con lo que se ha conseguido volver a las cifras de ocupación a las que puede hacer frente la dirección de un centro con 512 plazas. Se quedan atrás, de momento, épocas en las que la ocupación ha llegado a las 800 personas y se ha tenido que proceder a la ocupación de los espacios comunes mermando la capacidad de los acogidos de participar en actividades y talleres.
El CETI ‘se va de boda’ en abril
Ingrid y Danielle, las dos ex residentes del CETI que han obtenido el visto bueno del juzgado para poder casarse, celebrarán su enlace el próximo mes de marzo en los juzgados de la ciudad. Ambas, que ahora residen en Getafe, han mostrado su intención de desplazarse a Ceuta para protagonizar aquí el que sería el primer matrimonio entre inmigrantes sin documentación y del mismo sexo que tiene lugar en el país. Las dos mujeres han señalado que van a solicitar los permisos, después de obtener la autorización de un juez de Ceuta, para celebrar el enlace en la ciudad ceutí en la última quincena de abril, han informado fuentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).