Una bandera es un símbolo visual que representa a un país, estado, ciudad, organización o grupo. No solo sirve para identificar, sino que también unifica a las personas bajo un conjunto común de valores y historia.
En la bandera de la Unión Europea las estrellas representan los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos de Europa.
La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución.
La bandera de Ceuta es la enseña de la ciudad autónoma española de Ceuta, formada por un giro en blanco y negro con un escudo central que muestra el escudo municipal. Es conocida como la bandera de San Vicente o de Lisboa. Es una de las enseñas más antiguas de Europa, con los colores de la Orden Dominica. Portugal la utilizó como propia y durante la Edad Media se convirtió, y aún lo es en la actualidad, en la enseña de su capital.
Son un símbolo visual que representa a un país, estado, ciudad, organización o grupo. No solo sirve para identificar, sino que también unifica a las personas bajo un conjunto común de valores y historia.
Podremos verlas en sitios oficiales pero también en competiciones deportivas, en festivales, eventos de diversa índole. Los himnos nacionales las tienen como partitura: las insignias, los símbolos, las figuras jeroglíficas de la idiosincrasia de un pueblo.
Las formas y los protocolos nos invitan a unirnos, a hacer patria, a dibujar señas de identidad que nos sitúan en espacios comunes.
Paseando por la Plaza de España mirando al cielo ceutí pensé en la otra Ceuta: la Ceuta de la desidia, del abandono, de la indiferencia, de la dejadez. La ceuta del descuido y de lo cutre.
Llorando en el antiguo edificio de Hacienda ondeaban tres trapos ajados, sucios, rotos, descoloridos; como si nuestra ciudad hubiera sido bombardeada y destruida.
Las tres banderas: Ceuta, España y la Unión Europea en un estado indigno, zarrapastroso y grotesco.
Hay detalles que hablan por sí solos.
Miren a la derecha del edificio de Correos y contemplen el espectáculo. Lo mismo la Ciudad no tiene presupuesto para gastarse 200 euros.