La agente de la Policía Local de Ceuta, M.M.L., que está acusada en el juicio seguido contra una trama de blanqueo de capitales, ha declarado ante el tribunal de la Sección VI de la Audiencia en la sesión celebrada en la tarde de este martes.
“Esto es una pesadilla que me ha tocado vivir y aquí estoy cinco años después”, ha indicado ante el tribunal, negando su participación en actos delictivos tras la investigación del Instituto Armado que motivó su detención y entrada en prisión preventiva.
Ha rememorado ante el tribunal cómo se enteró de la operación llevada a cabo por la Guardia Civil, cuyos agentes irrumpieron en 2019 en el chalé residencial que ocupaba en la barriada Postigo.
Ella estaba en Málaga acompañando a su madre ya que estaba siendo intervenida en el hospital. “Llamaba a mis hijos y nadie me cogía el teléfono. Me llamó mi ‘muchacha’, la única a la que los guardias civiles no le habían quitado el teléfono, y me dijo que aquello era una auténtica locura, que mis hijos estaban llorando”.
“Colgué esa llamada y yo misma telefoneé a la Comandancia de la Guardia Civil, les dije que estaba en Málaga. Me pasaron a la unidad que llevaba el tema y me atendieron. Me dijeron que tenía que declarar porque había un procedimiento de blanqueo. Me personé voluntariamente, pensaba que me iban a hacer 3 preguntas y me iba a casa. Fuimos a la Guardia Civil con mi abogado y allí me dijeron que me quedaba detenida”, ha recordado, ironizando con el riesgo de fuga que se hizo prevalecer para tenerla en prisión preventiva.
La agente del cuerpo municipal ha negado formar parte de una organización criminal. “No tengo nada que ver con operaciones en Málaga, ni con narcolanchas, ni petaqueo… Que me digan que formo parte de una organización criminal cuando yo me he dedicado a trabajar, criar hijos y estudiar...”, ha lamentado, denunciando que en todo este tiempo ha sufrido una “caza de brujas” lo que le va a obligar a tener que dejar la ciudad “cuando termine todo esto”.
M.M.L. empezó de auxiliar de Policía nada más terminar el instituto con 18 años, después aprobaría la oposición al Cuerpo con el número 1. Además de ser policía local estudió la carrera de Derecho. Indica que nunca ha tenido relación con actividades delictivas.
Un divorcio real
La policía se confiesa implicada en esta trama por la fuga de su exmarido, al menos así se lo habría manifestado un mando de la propia Guardia Civil. “Si Francis hubiese estado aquí, a mí no habrían molestado”, manifiesta que le trasladó, apreciación que ha aprovechado para advertir a los presentes que el OCON-Sur, grupo autor de la investigación, ya no existe agotando su vida con polémica. “Eso también hay que decirlo”.
En su declaración, ha presentado a su expareja como un auténtico artista de los negocios, espabilado y sagaz (“de una botella de 20 céntimos era capaz de sacar 3 euros”), manteniendo que se divorció en 2011, firmando un acuerdo regulador y repartiéndose los bienes acorde a sus intereses. Por ejemplo, respecto a las viviendas, se las quedó ella para que pasaran después a sus hijos y no a cualquier posible nueva pareja que tuviera su ya exmarido.
Sobre el divorcio, que la Guardia Civil mantiene que es ficticio, la agente ha mantenido que todo está documentado. Jamás, de hecho, ha recibido un requerimiento judicial que apuntara a la nulidad de esa separación.
“Llevaba con él desde los 13 años, me divorcié a los 31. A él le considero un amigo, puedo estar más o menos mosqueada porque no haya ejercido la función de marido como debía, pero nada más. No me gustaba su estilo de vida”, ha insistido, negando tajantemente que se esté ante una mentira para ocultar dinero de procedencia ilícita. “¿Qué blanqueo?”, se ha preguntado. “Esto es una pesadilla que me ha tocado vivir y aquí estoy cinco años después”, ha denunciado.
Ha insistido en que es su exmarido, una persona a la que ella no puede odiar porque son muchos años compartidos y es “buena gente” a pesar de lo mantenido por la Guardia Civil en su investigación. Los viajes que han hecho en común estando ya separados los ha reconocido dentro de la normalidad de una pareja que tenía hijos en común. “Lo seguiría haciendo”, ha dicho.
¿Un marido narcotraficante?: “Nunca he sospechado”
La acusada ha indicado, ya a preguntas del fiscal y sobre su exmarido, que nunca ha tenido sospechas de que se dedicara al narcotráfico.
“Nunca he sospechado, le explico. Él sabía la clase de mujer que tenía en su casa, no era de pedirle dinero y él sabía que persona era. Si él, ha hecho o no ha hecho, a mí no me lo iba a contar por la forma mía de ser. No fue el caso, ni se dio. Es que mi marido no pasaba horas casi conmigo. Trabajaba en la Honda y cuando terminaba a casa no llegaba, pero él a mí jamás me ha reconocido ni yo he intuido que este señor se dedicara a eso”, ha insistido.
M.M.L. ha declarado mantenerse ajena a cualquier práctica delincuencial.
La cierta carga de tensión se ha producido cuando el representante del Ministerio Fiscal le ha preguntado por el paradero de quien, mantiene la Acusación, sigue siendo su marido.
¿Se reunió con su marido?, ¿dónde está?
¿Dónde está su marido?, le ha preguntado el fiscal a la acusada. “No lo sé”, ha respondido. “Yo he ido a trabajar para sacar a mis hijos adelante. Venía con mi hijo de 13 años que viene sufrido lo más grande por la incompetencia de la Guardia Civil”, ha reprochado.
“¿No es más cierto que quebrantó esa medida cautelar para estar con su marido?”, le ha insistido el fiscal, en alusión al quebrantamiento en el que incurrió que le ha llevado a una condena dictada recientemente por el Juzgado de lo Penal después de ser detenida tras entrar en Ceuta desde Marruecos. “No es cierto, no”, ha insistido.
“Sigue siendo una caza de brujas, lo diré ahora y lo diré siempre”, ha reseñado, aludiendo a las veces que ha salido en el periódico como justificación de esto.
También ha mentado la situación extrema que ha vivido estando en prisión preventiva, ya que, ha dicho al fiscal, le han intentado “cortar la cara” y ha sufrido “intento de violación”. “Ese daño que he pasado, yo lo perdono, pero el daño que han sufrido mis hijos no”.
“En prisión me mantuve por mi familia, me hicieron esto. Salgo de prisión y no encuentro en mi casa nada de lo que dejé. Por Dios a quién he matado yo, ¿por qué soy policía local, por qué vende?”, se ha preguntado en torno a la situación vivida durante cuatro años.