Me llamo Chary del Valle y quiero compartir con ustedes la triste experiencia que vivimos en los últimos meses de vida de mi marido, Carlos Bermejo, con la esperanza de que este relato sirva para visibilizar las carencias en la atención sanitaria de Asisa a pacientes oncológicos en Ceuta.
Durante gran parte de su enfermedad, Carlos estuvo atendido por los profesionales de HC, quienes brindaron una atención ejemplar, humana y profesional. Sin embargo, cuando Asisa cambió la gestión y designó un oncólogo disponible solo un día a la semana, todo cambió para peor. La comunicación con dicho medico y el seguimiento se volvieron prácticamente imposibles, lo que tuvo un impacto devastador en su salud y en nuestra tranquilidad.
"Este acto de insensibilidad, en un momento de profundo dolor, dejó a nuestra familia en una situación sumamente vulnerable y dolorosa"
Además, Asisa no ofreció cuidados paliativos en ningún momento, algo que se le ha reclamado en muchas ocasiones por parte de asociaciones de enfermos oncológicos, y que nos obligó a recurrir a amistades del ámbito sanitario para que Carlos pudiera, al menos, pasar sus últimos días en casa con dignidad como era su voluntad y además su derecho.
El golpe final llegó tras su fallecimiento, su médico de cabecera se encontraba entonces fuera de la ciudad. La Clínica Septem, adscrita a Asisa, en el momento en que necesitamos que un médico certificara la defunción y tras repetidas llamadas a dicha clínica no pudimos contactar con alguien, únicamente un contestador nos trasmitía que la atención al público era hasta las 14 horas. Este acto de insensibilidad, en un momento de profundo dolor, dejó a nuestra familia en una situación sumamente vulnerable y dolorosa.
"Espero que este testimonio impulse a las autoridades y a las aseguradoras a mejorar la calidad de la atención sanitaria en la ciudad"
Con esta carta, quiero también subrayar la diferencia abismal entre la atención brindada por HC, que demostró humanidad y profesionalidad con personal médico residente en la ciudad al que podías acudir prácticamente al momento en caso de agravamiento de la enfermedad, y el abandono sufrido cuando Asisa decidió cambiar la gestión posiblemente para abaratar costes. Espero que se tomen medidas para que ninguna otra familia pase por lo que nosotros vivimos. Mi marido merecía una atención digna hasta el final, y nosotros, como familia, merecíamos respeto y apoyo en medio del duelo.
Espero que este testimonio impulse a las autoridades y a las aseguradoras a mejorar la calidad de la atención sanitaria en la ciudad, garantizando que se cumplan los estándares éticos y legales en todo momento.