MDyC ha puesto el foco en un dato preocupante, la pobreza infantil. Existe, y mucha. También en Ceuta. Niños y niñas que sufren un ambiente de carencias, que se enfrentan a los retos de una sociedad cada vez más materialista en la que otros niños pelean por cambiar de móvil mientras que ellos viven como niños pobres.
Esto ocurre en una ciudad en la que hay críos que salvan su comida gracias a los menús escolares, atrapados en una sociedad en la que la administración solo sabe poner “tiritas”.
Chicos con problemas de material escolar, de recursos básicos en un ambiente social que no perdona y que cada vez marca más las diferencias.
No se trata de pedir, no se trata de estar a la cola para recibir ayudas. Se trata de que una ciudad que vende eso de la economía verde, azul, digital, tecnológica y todas esas ideas en las que debemos creer sí o sí, tiene antes que arreglar sus bases y disponer de la fuerza suficiente para que la población tenga cubiertas sus necesidades más básicas. Hoy por hoy no es así.
No se trata de vivir de ayudas, no se trata de ser etiquetado, se trata de garantizar que los mínimos se hayan superado y que la base social sea igualitaria.
Los planes ambiciosos son los necesarios para no convertir Ceuta en la ciudad de ricos y pobres, de ricos que cada vez son más ricos, pero también de pobres que no solo arrastran carencias sino que también son tratados como tales perdiendo su dignidad.
El alcalde puede soñar con la economía verde, azul, moderna... pero antes debe bajar, pisar suelo, patear barrios, conocer situaciones extremas para constatar que hay mucho que remendar en la base para mantener esas aspiraciones. Y remendar con fuerza, no colocando las “tiritas” de la pobreza.
Juan Vivas lleva en el cargo para 30 años y los límites de pobreza y desigualdad siguen aumentado.
Cada día los ricos son más ricos y los pobres más pobres.
Las políticas tanto locales como a nivel nacional dejan mucho que desear y lo único que saben hacer es crear desigualdad y pobres con trabajo y más pobres todavía sin trabajo.
Pero en realidad todo esto le importa muy poco a los políticos y a la mayoría de las personas que no están afectada por la pobreza.
Y cada vez quedan menos periodistas que se acuerden de ellos, no es el caso de la autora del artículo, Carmen, que siempre está con del lado de los necesitados y lo demuestra día a día.