Corren de un lado a otro. Atienden explicaciones y, revueltos, se sientan o están de pie. La tranquilidad matinal de la plaza Nelson Mandela de Ceuta ha sido sustituida este miércoles por el barullo de 200 niños que, a través del entretenimiento, han aprendido cuáles son sus derechos y sus deberes.
Distintos stands se han colocado por este punto urbano con distintas propuestas. La más llamativa de todas para los pequeños ha sido, sin lugar a dudas, un juego con patinetes.
Así celebran el Día Internacional de la Infancia, una jornada que inaugura una semana entera de actividades dirigidas a alumnos de distintos centros escolares de la ciudad. Tienen entre seis y siete años.
Espontaneidad pura
Llenos de esa espontaneidad propia de la inocencia, cuentan cómo viven esta experiencia. “Voy a jugar a atrapar personas con un aro y voy a ganar yo”, dice Kamal, lleno de una rezumante seguridad. “Lo haré porque soy el más rápido”, concluye. Menciona a su amigo Ibrahim y afirma que todos los compañeros de clase se lo pasan bien.
“Hemos hecho una cosa sobre derechos”, comenta Isra, que muestra cierta timidez. Antes, estaban en un examen. Más niños como ellos comparten qué han hecho en los últimos minutos. Sara tiene claro que es lo que le han enseñado. “Respetar a las personas, tanto a los grandes como a los pequeños”, cuenta Sara. Su amiga María explica que han jugado a ‘convertirse’ en botellas y a ser captados con aros.
1.200 estudiantes
Alrededor de 1.200 estudiantes visitarán la plaza a lo largo de la semana. Participan por turnos que comienzan a las diez de la mañana y terminan a la una y media del mediodía.
Los talleres esconden mensajes ocultos que deben descubrir, todos relacionados con los derechos y deberes de la infancia. Tras una breve introducción, empiezan a divertirse con los distintos elementos preparados para ellos.
Asimismo, este evento permite a los más pequeños salir de las aulas y estar lejos de las pantallas por unas horas. “Trabajamos mucho con este tema. He hecho ya mucho hincapié en ello”, relata José Ángel Rivas, gerente de Educa. “Es cierto que estamos en una sociedad en la que ambos padres trabajan y por un momento dado los dejan que jueguen y que descansen. Nosotros lo que hacemos es trasladarlos de las aulas y los sacamos de su hábito para que hagan actividades de forma lúdica”, explica.
Después llegan a los institutos y vienen los suspensos.
Los maestros cada vez más, en vez de enseñar se dedican a entretener. Lo que hay que hacer es enseñarles a tomar hábitos de estudios, responsabilidad y disciplina.