Este fin de semana, Marta Arenas Olivencia, primogénita del político Javier Arenas y la abogada Macarena Olivencia, protagonizó uno de los eventos sociales más destacados de la temporada: su boda con Marco González Castellanos, hijo de la empresaria de moda Cuqui Castellanos.
La ceremonia, que se celebró en Sevilla y reunió a cerca de 400 invitados, estuvo marcada por la elegancia y la presencia de personalidades del ámbito político y social.
Pero más allá de la pompa, la historia familiar de la novia guarda un vínculo especial con Ceuta, una ciudad que marcó la vida de su abuelo, Manuel Olivencia.
Manuel Olivencia, fallecido en 2018, fue un jurista de prestigio, catedrático y diplomático, conocido por su impecable trayectoria profesional.
Aunque desarrolló gran parte de su carrera en Andalucía, sus raíces ceutíes lo acompañaron siempre.
Olivencia pasó parte de su infancia en Ceuta, donde compartió vivencias con su hermano Francisco Olivencia, otro destacado abogado y figura clave en la historia de la ciudad.
Este vínculo fue reconocido por los ceutíes, que bautizaron el Campus Universitario con el nombre de Manuel Olivencia en honor a su legado.
Aquel homenaje contó con la presencia de Javier Arenas, quien destacó la relevancia de su suegro tanto en lo personal como en lo profesional.
Además, Olivencia recibió la Medalla de Oro de Ceuta, un reconocimiento que refleja la estima y admiración que la ciudad sentía por uno de sus hijos más ilustres.
La boda, celebrada en una de las iglesias más emblemáticas de Sevilla, estuvo cargada de momentos memorables.
La boda de Marta Arenas Olivencia reúne a la cúpula del PP en Sevilla
A la ceremonia acudieron personalidades del PP como el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy, el vicesecretario de Coordinación Autonómica del PP, Elías Bendodo, y el eurodiputado Esteban González Pons, además de numerosos rostros conocidos de la política y la sociedad andaluza.
El banquete, que tuvo lugar en el exclusivo Real Club Pineda, fue escenario de encuentros y felicitaciones, aunque también hubo ausencias destacadas, como las de Alberto Núñez Feijóo y José María Aznar, quienes enviaron sus mejores deseos desde la distancia.
Este enlace no solo reafirma la conexión de la familia Arenas Olivencia con Sevilla y el entorno político, sino que también sirve como un recordatorio del legado de Manuel Olivencia.
Su trayectoria profesional y su vínculo con Ceuta son un reflejo de cómo las raíces familiares pueden trascender generaciones, manteniendo vivos los lazos entre personas y lugares que dejaron huella en la historia.