Cuando ya se clausuró con éxito la “Semana de la Arquitectura” organizada por la Sección de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Ceutíes, procede hacer algunas reflexiones sobre la situación de la ciudad en materia de urbanismo y lo relacionado con este tema directa o indirectamente.
Puede añadirse que existen deficiencias en la materia que deberían resolverse porque, ejemplo, cuando se accede a Ceuta desde Marruecos y resulta obligatorio atravesar un barrio como la Almadraba, se comunica al turista un panorama propio de ciudad subdesarrollada con casas sin unificar, una iglesia solitaria, edificios con ropas tendidas sobre las fachadas, carretera deficiente y general abandono. Y es que la zona llevaba 27 años bloqueada, pendiente de una regulación y el nuevo PGOU la margina puede que por 27 años más.
Ya tratando de Ceuta en general, la imprescindible Ley del Suelo con antecedentes de recortes en 1999 durante el gobierno local del Grupo Independiente Liberal (GIL), no cabe duda que el desarrollo urbanístico requiere reglas claras y estas no han existido durante décadas, causando graves perjuicios reclamables a las empresas y profesionales del sector, mientras que interviene en el tema hasta la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, con la Ciudad Autónoma adjudicando obras por decreto a una empresa pública y los ciudadanos que deben pedir permiso al Gobierno para poder comprar una casa en su propia ciudad.
Un panorama desolador.
Cuando Fernando Nieto Conde abordó con acierto y claridad en las Jornadas de Arquitectura el tema de los “planes de ordenación del espacio marítimo”, surgió el problema de la pesca que era marginal en este caso, pero hizo recordar que Ceuta disponía de flota pesquera propia envidiable, una Lonja donde se hacían transacciones, almacenes de aprovisionamiento de buques, dos piscifactorías sucesivas y, en general, un sector económico brillante y muchos trabajadores y empresas ocupados en el citado sector. Pero todo se vino abajo, quizás al quedar fuera Ceuta de la Política de Pesca Común de la Unión Europea y, desde luego, al no contar la Ciudad con representación en Bruselas ni en Madrid para defensa de los intereses locales, por lo que se perdieron estas oportunidades, igual que ocurrió con las prometedoras Reglas de Origen.
La ventaja de estas Jornadas y otras que se organizan en Ceuta, es que ponen sobre el tapete las deficiencias que existen en diversos sectores de la ciudad y, en algunos casos, se proponen igualmente soluciones a los mismos.