Los vecinos que viven en el entorno de la calle Antonia Céspedes Gallego, en Ceuta, no pueden más. Cansados de soportar una situación extendida en el tiempo, hartos de enviar quejas por conducto oficial dirigidas a la Consejería de Fomento sin recibir respuesta, reclaman una actuación urgente por la seguridad de todos.
La situación de esta vía la tildan de “lamentable” para viandantes y vecinos de la zona que soportan esa dejadez desde hace más de una década.
Tal y como explican los residentes, “esta calle no cumple con un urbanismo regulado, ya que la misma está conformada por una sola acera ancha donde circulan tanto vehículos como peatones”. La inseguridad es manifiesta, pudiendo producirse atropellos.
Además, el servicio de limpieza funciona al mínimo “dado la plaga de ratas y basuras esparcidas que con frecuencia los ciudadanos nos encontramos en el trayecto”, a esto añaden “la inseguridad existente en algunos tramos ante la falta de iluminación pública”.
Quejas presentadas oficiales ante Fomento
Experiencias, y todas malas, son acumuladas por los vecinos que ponen de manifiesto varios casos en los que su integridad física se ha visto afectada debido a la nula regulación que hay en esta vía, por lo que se permite que vehículos circulen a gran velocidad ocupando el mismo tramo que los viandantes.
Hace poco más de un mes, una vecina estuvo a punto de ser atropellada cuando se dirigía desde Huerta del Molino a calle Real por un tramo de poca visibilidad, estando a punto de sufrir las consecuencias de un motorista que circulaba a toda velocidad.
A pesar de advertirle que la aminorara, al no estar determinada la zona peatonal de la calzada transitable, este le espetó que no existía ninguna señalización que prohibiera su circulación.
Ese abandono de la administración lleva a este tipo de situaciones sin que los vecinos hayan recibido auxilio para solucionar una problemática que arrastran desde hace años, pero que la Ciudad conoce, puesto que se han remitido varios escritos exponiendo estos hechos.
Los vecinos se adelantan a lo que pueda suceder, a accidentes graves que pueden tener lugar en una zona en la que existe el reinado del descontrol y que, siendo conocida, no se adoptan unas mínimas medidas.