En la tumba 5014 del cementerio de Sidi Embarek. Allí ha sido enterrado el varón cuyo cuerpo fue encontrado el pasado miércoles entre las rocas de Juan XXIII, en Ceuta. Ha sido imposible averiguar su identidad debido al tiempo que llevaba sin vida en el mar.
La Funeraria Al-Qadr ha procedido al traslado del cuerpo de este varón del que poco se sabe. Vestía una especie de traje de baño tipo neopreno largo de color negro y, en su parte superior, un bañador azul turquesa corto y una camiseta de la Selección Española con el número 19, el que luce Lamine Yamal.
Nadie ha preguntado por él y por su apariencia no se trata de un menor, sino de un varón adulto que llevaría varias semanas fallecido, por lo que no es el adolescente Younes que dejó su hogar en Casablanca (Marruecos) y a quien todavía se busca, que también era fan de este futbolista.
Su entrada frustrada de manera trágica podría corresponderse con una de las registradas en agosto, en un verano en el que se ha producido un claro repunte migratorio por mar.
Dos entierros con 24 horas de diferencia
En Sidi Embarek ha sido enterrado justo al lado de otro inmigrante del que tampoco se ha sabido su identidad. Con 24 horas de diferencia se han llevado a cabo dos entierros en Ceuta de fallecidos en el mar, claros ejemplos de una crisis migratoria que no cesa y sobre la que Europa calla.
De hecho, esta noche se han repetido los intentos de entrada a nado, muchos menos que semanas atrás, pero constantes. Todos ellos, además, alejados de los espigones lo que no hace sino incrementar el riesgo a perder la vida de quienes los protagonizan.
Los trabajadores del cementerio y los trabajadores de la funeraria han rezado al joven de identidad desconocida antes de su entierro en un lugar en el que hay decenas de inmigrantes cuyas vidas se perdieron en una ciudad como Ceuta que solo les sirve de trampolín, ya que su verdadero interés es llegar a la Península o asentarse en cualquier punto de Europa con familiares.