A las 20,30 horas, la Asamblea participará en un acto institucional en conmemoración del 80 aniversario de su fusilamiento que tuvo lugar en la playa del Tarajal
Esta tarde, a las 20,30 horas, la Corporación municipal realizará un homenaje a la persona de Antonio López Sánchez Prado, que da nombre a la popular Gran Vía. Este homenaje coincidirá con el 80 aniversario de su fusilamiento, que tuvo lugar en el año 1936, nada más iniciarse la Guerra Civil.
El homenaje, que se realizará, delante de la estatua que se erigió hace unos años frente al Palacio Autonómico, consistirá en una alocución del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, a continuación una ofrenda floral y por último la intervención del Conservatorio de nuestra ciudad.
Este acto viene como consecuencia de una moción que fue presentada en el pleno del mes de agosto por parte del PSOE y que fue aprobada por unanimidad de todas las fuerzas políticas que componen el arco parlamentario de la Asamblea autonómica. Además se repetirá todos los años.
Recordar que el 17 de julio de 1936, cuando ya se había producido la sublevación militar en Melilla, Sánchez-Prado recibió llamadas de amigos aconsejándole que dejase la ciudad y se refugiase en la cercana ciudad bajo estatuto internacional de Tánger. Sin embargo, se dirigió a la sede de la Delegación del Gobierno en la ciudad, donde el Delegado le comunicó que la presidencia de la República estaba enterada de los acontecimientos y había tomado las medidas oportunas para atajarlos. Ante ello, volvió al Ayuntamiento, donde celebró un pleno municipal, ya previsto, al que sólo acudieron los concejales del Frente Popular.
A pesar de las llamadas recibidas, conminándole a la huida a Tánger, Sánchez-Prado se negó, contestando que su sitio estaba junto al pueblo que lo había elegido. La madrugada del 18 de julio, Sánchez-Prado fue detenido en su casa, con la ciudad ya ocupada por las tropas sublevadas del teniente coronel de la Legión Juan Yagüe. En el cuartel de García Aldave (Posición A), su lugar de reclusión, se encontró con la mayoría de los concejales del Frente Popular en la ciudad. El 31 de agosto fue sometido a un juicio sumarísimo, que emitió su sentencia de condena a muerte, por el delito de "rebelión militar", el día siguiente, 1 de septiembre de 1936.
Tras denegarse su indulto, el 5 de septiembre fue fusilado junto con el resto de condenados en la playa del Tarajal, un paraje situado a unos tres kilómetros de Ceuta. Su cadáver fue entregado a su familia y enterrado en el nicho 45 del cementerio de Santa Catalina.
La figura de Antonio López Sánchez Prado ha trascendido por encima de su figura política y son miles los ceuties que sienten una verdadera devoción por la figura de este sevillano que llegó a nuestra ciudad en el año 1923 y que permanecerá para siempre en el recuerdo por encima de ideas y de banderas políticas de izquierdas y derechas.