En los últimos días están aumentando las denuncias por agresiones verbales a sanitarios, algunas tan graves como amenazas de muerte. El Colegio de Médicos, así como los sindicatos del sector, han alzado la voz en contra de lo que parece haberse convertido en una práctica que hay que erradicar.
Los profesionales no pueden trabajar con miedo, porque esto va en detrimento no solo de todo el colectivo sino también de los pacientes que no tienen por qué asistir a esas situaciones de violencia verbal.
Detrás de estos casos existe también la falta de educación y conocimiento. Las urgencias se atienden de acuerdo a la gravedad de los casos. Los usuarios deben entender que si se adelanta la atención a quien ha llegado más tarde es, precisamente, porque su caso reviste una mayor gravedad.
Quizá haya que promover campañas que ayuden a reconducir esta situación, trabajando en una pedagogía que parece ser necesaria en estos tiempos en los que los insultos y menosprecios están a la orden del día, habiendo invadido el campo de la educación de una manera brutal.
Nadie tiene por qué soportar un mal ambiente laboral, como de igual forma se tiene que atender al usuario con los recursos suficientes como para evitar situaciones indeseadas. Retomar la sensatez es el único camino posible ante esta deriva que no se puede consentir ni mantener.
Efectivamente!! Basta ya de violencia sanitaria! Por el respeto y las buenas maneras de enfermos a sanitarios y sanitarios a enfermeros!