Sé que por mucho insistir nunca un objetivo podrá ser marcado, estudiado, calificado, y buscar una solución.
Todo está hecho para buscar un diálogo entre dos partes.
Una que busca hablar y la otra que solo desea que se les dé ese dinero tan bueno que viene y se va a los bolsillos de siempre.
Solo hace falta hablar con gente que siendo disciplinados y curtidos en mil batallas apuntan a un multimillonario, que es una de las mayores fortunas del mundo.
Ese que sus industrias están fuera de su pueblo y cuando hablan de su país piensa en un entretenimiento.
Las doctrinas de sus seres religiosos hacen que muchos tiemblen cada vez que uno suelta esos mítines políticos en las mezquitas de nuestra ciudad. Y aunque nos digan “tranquilos”, pero es para estar muy en tensión.
Todos los súbditos, y más los jóvenes, saben dos cosas fundamentales:
Una que están en guerra y que todos ellos algún día serán alistados para defender su país.
Y un segundo punto muy importante es el boca a boca que regula todos los movimientos previos para ese éxodo paulatino, sin prisas pero sin pausa, que están haciendo todos los hombres jóvenes del Reino de Marruecos.
La liberación de presos peligrosos, que van poco a poco entrando a través de nuestras costas y muchas cosas más que no nos enteramos.
Pero nuestros diplomáticos están ahí, como marionetas que sirven para ser señalados y seguro que su color político también lo tendrán en la cara cuando de vez en cuando hablan con los vecinos.
Es una dejadez que de momento está haciendo perder vidas en este corto espacio entre Castillejos y Ceuta, también hay algo entre Beliones y Ceuta, pero no se escribe tanto.
Son personas que, animados por todo lo bueno que tenemos, se arriesgan a pasar ese corto trayecto, pero muy engañoso para los no habituales a nadar.
Muchas súplicas en el periódico de la desaparición de fulanito de tal, pero nadie, cuando están aquí acogido, por ser teóricos menores no acompañados, vienen a buscar a los suyos. Me hace gracia cuando me indican que las madres a pie de playa gritan para evitar que se vaya algún hijo suyo. Algunas veces puede ser verdad, pero otras se vincula la tranquilidad de quitarse de enmedio una boca llena de ganas de comer muerta de hambre por la miseria que pasan en estos lugares.
Mano dura, y un efectivo plan para evitar este trasiego de personas por el medio acuático, con las manos caídas por parte de los estamentos marroquíes.
Y menos espectáculo mediático de escuchar por las noches los gritos desesperados de personas cansadas por nadar y no saber dónde están.
Un diez para nuestro Servicio Marítimo que con tanto cuidado busca y rescata de las aguas a tantos y tantos hombres de esos lugares tan cercanos al país vecino
Y las retinas de los hombres que trabajan con maquinas de visión nocturnas, que son los ojos de esos hombres que trabajan a oscuras en un mar tan traicionero y los de tierra que sirven para lograr regular un poco esta esclavitud de estar siempre buscando y rescatando a personas que llegan con hipotermia, exhaustos y con ganas de ser recibidos con tanta amabilidad. Yo les daría casa, un buen puro y una ropa de marca.
En fin que esto se acabe lo antes posible para no contar más desgracias.