Hace más de cuatro años desde que se puso fin al porteo y los coches-patera en Ceuta. Pero ese trasiego de mercancía por la frontera, con la presunta connivencia de los aduaneros marroquíes, sigue latente como demuestran las recientes incautaciones en el Tarajal y Bab Sebta.
Los decomisos de tabaco de cachimba difundidos en medios de comunicación marroquíes, y recogidos por El Faro de Ceuta, son solo la punta del iceberg de una trama de contrabando que salpicaría a agentes del país vecino.
Para tirar del hilo, las autoridades de Marruecos han abierto una comisión de investigación para determinar quién está detrás de este fraude a las arcas públicas y si cuentan con colaboradores de cuerpos uniformados, como adelantó este periódico la semana pasada.
Ahora han trascendido nuevos datos de fuentes consultadas por este diario hablan de pases de cargamentos de tabaco de cachimba por valor de 200.000 y 300.000 euros.
Palés y palés de este producto para fumar que se habrían adquirido en al menos un establecimiento de Ceuta y cuyos pasadores prepararían en las primeras horas de la mañana para evitar miradas indiscretas.
Todo en condicional, porque la mercancía también se habría podido transportar desde la península aunque resultaría improbable puesto que se arriesgarían a ser interceptados en los filtros de las autoridades españolas en Algeciras y en su desembarco en la ciudad autónoma.
La venta de este producto, salvo que se hiciese a través de un establecimiento sin autorización para ello o en incumplimiento de la normativa que regula el sector, es totalmente lícita a este lado de la frontera. El problema está en su exportación-importación a Marruecos ya que supone una operación de contrabando, o como se le denominaba hace unos años, comercio atípico.
Los retrasos que acumula la puesta en marcha de la aduana comercial tampoco contribuye a una normalización de las expediciones comerciales entre ambos países soberanos.
Los rumores del "paga y pasa"
Los rumores más o menos fundados sobre mordidas, sobornos, corrupción y, en definitiva, cohecho vuelven a sonar en una frontera, la marroquí, por la que según las malas lenguas nada pasa sin el consentimiento de los aduaneros y los jefes de turno. "Paga y pasa", lo resumen.
Aunque ningún grupo aduanero va a dar ahora luz verde a 'trabajar' hasta que estos casos de fraude se enfríen, durante un tiempo indeterminado se ha mirado hacia otro lado con mercancía de poco volumen y alto coste de comisión, como el consabido tabaco de cachimba o los teléfonos móviles.
Una cruzada contra el contrabando intensificada por Marruecos en Bab Sebta allá por 2019 que algunos se están saltando a tenor de las molestias que se están tomando en depurar responsabilidades entre sus filas y según desveló presstetouan.com.