La sala de estar de medicina para familiares está cerrada desde 2020. La irrupción del Covid la puso bajo llave y, desde entonces, no ha vuelto a ser un espacio de descanso para allegados de pacientes del Hospital Universitario de Ceuta.
A algún ceutí le ha llamado la atención este hecho. Ante la pregunta de por qué no cumple su función desde hace unos tres años, el Ingesa ha dado su respuesta. La decisión ha sido adrede. Se trata de una elección adoptada tras la pandemia para prevenir situaciones “de hacinamiento”.
“Se han tenido que implementar medidas para evitar esta circunstancia en las unidades de hospitalización, porque son asistenciales. Pasan pacientes, hay enfermeros y médicos. Eso hay que evitarlo”, señalan desde el instituto.
“Se ha hecho por una cuestión de sanidad e higiene”, explican. A falta de este espacio, en el que se informaba a estas personas del estado de sus familiares, se puede utilizar la sala de espera que se encuentra en el segundo piso, destinada a allegados de ingresados que esperan una cirugía o se han sometido a ella.
Cabe la posibilidad de estar también en el hall. Esta respuesta surge a raíz de la pandemia con la finalidad de que no vuelvan a producirse aglomeraciones.
Estas también tratan de evitarse en la sala que se encuentra en la segunda planta. Si trasladar a estas instalaciones a los visitantes que llegan al centro por pacientes que no están en áreas de operaciones supone un aforo considerable, estos tendrán que esperar en el hall. “Los celadores bajarán para avisarlos por si tienen que ir a hablar con el médico”, especifican.
“Es una unidad asistencial y de la pandemia hay que aprender algo. Ha enseñado a evitar el hacinamiento y el trasiego de personas, de pacientes familiares, médicos y enfermeros en pro y en virtud de los pacientes, que son las personas enfermas que están en el hospital”, apuntan.