Antonio Díaz, hasta ayer gerente de Amgevicesa, tomó la decisión de presentar la dimisión de su cargo, cuando, en realidad, nadie se la había pedido en estos momentos. De la reunión que mantuvo con el presidente Vivas y con el consejero Hachuel, el lunes por la tarde, no salió nada de nada, sino apoyo a la labor que había realizado, de acuerdo con la documentación que obra en poder de la sociedad municipal.
Sin embargo, tal y como ha manifestado en la carta de dimisión, ha tomado esta decisión por “coherencia personal”.
Cierto es que no es nada normal que un cargo público, en este caso perteneciente al sector público empresarial, no se haya aferrado al puesto, como hacen otros. Ha dado este paso, de manera primordial, porque entiende que debe salir por la puerta principal y más cuando no se está obligado.
Además, debe asumir que de esta manera tiene las manos libres para defenderse de la acusación que pesa sobre su persona durante el tiempo en que permanezca en la actual situación de investigado.
Por supuesto, ha dado la cara hasta el último momento y ayer acudió al Palacio autonómico, de donde había salido reforzado treinta y seis horas antes, para darle su carta de dimisión, de manera oficial, a su superior inmediato, el consejero Hachuel, pero, igualmente, para que el mismo presidente Vivas conociera las razones por las cuáles las había tomado.