Las consecuencias medioambientales del vertido causado por el buque K ONSET en Ceuta preocupan, y mucho, a Septem Nostra. Sobre todo, por el daño que haya podido generar no solo en especies marinas sino también en el patrimonio.
“Hay una cuna de patella” en la zona, advierte José Manuel Pérez Rivera, presidente de Septem Nostra, quien señala además consecuencias para el patrimonio si el vertido “llega al foso de las Murallas Reales. El impacto no es menor”, insiste.
Lo ocurrido da la razón a los ecologistas sobre los peligros de la actividad de bunkering. “No está exenta de riesgos”, puntualiza, mientras desde la asociación esperan saber más datos sobre el suceso, por ejemplo, las condiciones en las que se encontraba el buque.
Esa actividad “dentro de la zona portuaria tiene un impacto ambiental indudable que habrá que valorar”, mantiene Pérez Rivera.
“Hay que valorarlo viendo cómo evoluciona” y testando “si los medios están siendo eficaces, si se ha podido contener o no porque es fundamental la respuesta”, añade.
“Esto mismo ocurre fuera del puerto y las consecuencias serían catastróficas”.
"Lo que costó millones de años se arruina en horas"
Pérez Rivera pone el foco en el medio ambiente, reseñando que “hay que pensar y primar” este ámbito sobre otros porque “lo que ha costado millones de años en formarse se puede arruinar en horas”, explica, instando a una reflexión colectiva.
“Existe la tentación de convertir a Ceuta en un puerto importante para el bunkering, pero, cuanta más actividad de ese tipo se haga, más posibilidades de accidente. Hay que tener en cuenta esto porque se demuestra que tiene sus riesgos, no porque se hagan mal las cosas” sino por más causas que, en este caso concreto, deben ser concretadas.
“Sí es cierto que se debe hacer una revisión profunda sobre si Ceuta debe seguir apostando por el bunkering en puntos de fondeo, nosotros somos contrarios a eso”.
“Hay cosas que no tienen precio: peces muertos, daños permanentes de la flora y fauna en el puerto… todo esto no tiene precio. Las empresas pueden asumir los costes ambientales de esa recuperación, pero se pierde mucho y eso hay que pensarlo, si realmente los negocios son o no compatibles con la naturaleza”.