Era una noche de marzo de 2021. Hamed decidió cruzar a Ceuta desde Marruecos junto a un amigo bordeando el espigón del Tarajal y dejando atrás Castillejos.
Nadaron desde las ocho de la noche hasta las doce y media cuando, a la altura del Sarchal, ya sin fuerzas, unos guardias civiles del Servicio Marítimo les salvaron la vida.
Del mar no solo rescataron a Hamed y su amigo. Cerca de ellos se encontraba Ilyas, otro joven marroquí que estaba a punto de perecer ahogado.
De aquella historia de salvamento nació un dibujo, una ilustración que Hamed e Ilyas realizaron en las naves del Tarajal en donde convivían atendidos por la Cruz Roja y que ahora ha cobrado protagonismo tras ser difundida a través de una red social.
En el mar se aprecia una embarcación de la Benemérita y dos agentes acudiendo al rescate de un joven que se mantiene a flote con ayuda de un flotador.
“Nos salvaron la vida”, recuerda Hamed, que ahora vive en Tarragona. “Nos cogieron a mí y a mi amigo, después a Ilyas. Llevábamos nadando desde las ocho de la noche y nos recogieron a las doce y media”, explica en una entrevista con este periódico.
El dibujo que sigue teniendo actualidad
Hamed recuerda esa noche perfectamente, cómo los agentes les apuntaron con una luz verde “como si fuera un láser” y luego les sacaron del agua. “Eran dos guardias, muy buenas personas”. No sabía que cerca estaba otro chico también en apuros.
“No le veíamos, nos subieron a la embarcación y después fueron a por él”, explica.
Aquellas sensaciones dieron paso a un dibujo que expone la realidad de la inmigración en la frontera sur. Un dibujo que estuvo colgado en una de las paredes de las naves del Tarajal y que ahora, años después, vuelve a cobrar protagonismo porque, aunque pasan los años, no así el contenido de las historias.
Ilyas vive ahora en Barcelona y Hamed en Tarragona. Ambos compartieron un mismo escenario basado en lo extremo de la lucha de la vida para superar la muerte, en esos días que permanecieron en las naves y en el futuro posterior que les esperó en la Península.
Entraron con 17 años y ahora son adultos. De aquello han pasado ya tres años, pero el recuerdo de esa noche permanece al igual que la fuerza que representa un dibujo que pareciera hecho con la tinta permanente de una realidad que perdura.
Que ese dibujo que colorearon e hicieron juntos en plena pandemia siga siendo compartido les emociona.
Pues que bien...y ahora, que?