El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha vuelto a asestar otro palo judicial al criterio policial y político que se sigue en Ceuta con los solicitantes de asilo cuya petición ha sido admitida a trámite. En esta nueva sentencia conocida resalta que debe permitirse la circulación libre por el territorio nacional y, por tanto, que puedan cruzar sin problemas a la península. Lo dice el TSJM pero también lo dijo antes, en muchas ocasiones, el TSJA y juzgados de Ceuta. Aun así, la decisión política y por tanto policial sigue siendo la contraria: no dejar embarcar a estos solicitantes, prevaleciendo de trasfondo el efecto llamada. El efecto perverso de este tipo de actuación es la pérdida de la esencia real de la figura del asilo, de la necesaria protección a las personas que lo solicitan. Visto lo que sucede, los auténticos solicitantes de esa figura no la piden porque saben que se quedarán bloqueados durante muchos meses y se cercenará su derecho a la libre circulación. Por contra, inmigrantes que no obedecen al tipo de reclamante de asilo lo están pidiendo para, precisamente, permanecer en la ciudad un tiempo sin poder ser expulsados y así intentar su escapada a la península ocultos como polizones.
Nada funciona como debe y a tenor de este tipo de informaciones queda demostrada la burla que las propias administraciones son capaces de hacer hacia las decisiones judiciales. Que se sigan incumpliendo, que no se acaten es un fallo del sistema y de los derechos.