El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Juan Manuel Sánchez, director gerente de Acemsa, es el que más sabe del asunto en la ciudad. En esta entrevista desgrana los puntos más destacados sobre la gestión de los recursos hídricos en Ceuta.
¿Cómo lidia Ceuta con estos tiempos de poca lluvia?
Nosotros tenemos absoluta independencia. Aunque contamos con un plan de sequía por protocolo, realmente a nuestra ciudad no le hace falta. Tenemos presas (la del Infierno y del Renegado) y agua almacenada, pero la que consumimos la producimos en la desaladora. Aún así, mantenemos el nivel de los pantanos al 50 por ciento como sistema de reserva ante una eventual avería.
¿Cuál es el consumo diario en Ceuta?
Si hacemos una media, la producción de agua en Ceuta en 2023 fue de 17.000 metros cúbicos al día.
El gasto en el año 2022 fue de 8,1 millones de metros cúbicos, de los que el 42 por ciento fue agua no controlada. En 2023, produjimos un total de 6,1 millones de metros cúbicos y, de estos, un 26 por ciento fue pérdidas.
¿Cómo se ha conseguido disminuir tanto las fugas?
Es un descenso importante que se debe al gran número de obras que estamos acometiendo, mejorando sustancialmente el control del agua y pasando de un 42 por ciento de pérdidas a un 26. Una red se considera aceptable entre el 15 y el 25 por ciento, así que ya prácticamente estamos entrando en esa horquilla.
Estamos en una media nacional bastante buena, pero es una batalla que no se acaba nunca. Es una red viva de unos trescientos kilómetros de tuberías, que hay que mantener y que siempre hay que estar renovando. Si dejásemos de invertir en la red, se dispararían las fugas. Tenemos un personal que está muy dedicado a esto. Hay gente, que sale todas las noches a buscar averías aprovechando el silencio para captar el ruido que generan y encontrar el punto donde se encuentran. Es una labor constante y compleja.
"El gran número de obras acometidas ha permitido disminuir las pérdidas de agua del 42 al 26 por ciento"
En los últimos años, además, se han instalado sistemas que nos permiten anticiparnos, como sensores en puntos de la red o equipos de medición que nos dicen cuánta agua se gasta de noche y que si se disparan nos alertan de que algo está pasando, entre otros.
¿Hay algún proyecto para reducir el gasto energético de la desaladora con energías renovables?
La desaladora tiene capacidad de producir hasta 30.000 metros cúbicos. Actualmente, estamos produciendo entre 17.000 y 20.000. Generar este agua es mucho más caro que tratar el recurso desde una presa por el coste energético que requiere el proceso que realiza. La ósmosis inversa precisa que se eleve el agua que entra del mar a mucha presión (hasta 70 atmósferas) y, para lograrlo, necesita mucha energía. El coste es el principal hándicap que tiene la desalación por eso es importante minimizar sus necesidades.
Ahora ya estamos normalizados, pero el año pasado tuvimos durante unos meses un pico bastante importante de gasto que conllevó un sobrecoste elevado por el precio de la electricidad. Esto ni se repercutió ni se repercutirá en el ciudadano en sus recibos, lo asumió la Ciudad.
Tenemos en marcha un proyecto con Procesa y financiación europea para cubrir la planta con placas fotovoltaicas, pero hay que tener en cuenta que, aún con casi una hectárea que vamos a tener de placas solares en estas instalaciones, solo vamos a llegar al 20-25 por ciento de la energía que consumimos en la desaladora.
¿Cómo se está procediendo al abastecimiento actualmente?
Llevamos unos meses que solo damos agua de la desaladora. El cien por cien del agua que se consume en Ceuta actualmente es desalada. Hay agua en las presas, pero es una reserva de seguridad, como comentaba antes. El límite que tenemos establecido es no tener nunca que desaguar porque esté llena la presa. Las dejamos al 50 %. Si viniera mucha agua tendríamos espacio para seguir almacenando, pararíamos la desaladora y trabajaríamos con el pantano evitando, de esta forma, que rebosase. Es la manera de trabajar que venimos ejecutando y cumpliendo sin problema. Las dos presas nos sirven de reserva y garantía de seguridad.
"Está proyectado instalar una hectárea de placas solares en la desaladora para ahorrar energía"
¿Hasta qué punto se usa el agua depurada para riego?
Ha habido que desarrollar la red de riego, que no existía hasta que se instaló la EDAR. Hasta ese momento, todo esto se hacía con agua potable. Estamos trabajando continuamente en ampliarla, pero aún no llega a toda la ciudad. La zona del centro la tenemos cubierta por completo y el sector del Puerto también. Llegamos hasta los Jardines de la Argentina y, desde ahí, tenemos preparado el proyecto para seguir realizando avances.
El compromiso con el medio ambiente está muy presente en esta empresa, ¿hacia dónde caminan en este sentido?
Acemsa recibe muchas críticas con las estaciones de impulsión, que son los puntos bajos donde llegan las aguas residuales y se elevan para ir a otra estación. Cuando llueve mucho, nos vemos obligados a aliviarlas porque, de no hacerlo reventaríamos el sistema. Esto implica que salgan muchos residuos que están en estas aguas, como trapos o toallitas, entre otros.
Somos conscientes y trabajamos en ello. Estamos a punto de cerrar un proyecto en Fuente Caballos, donde tenemos un aliviadero que vamos a eliminar. Vamos a sustituir la red de la Calle Santander y vamos a hacer que se pueda transportar lo que lleva si tener que descargar. En el Puerto vamos a crear también dos grandes estaciones de impulsión con idea de mejorar el saneamiento de la zona portuaria que se está expandiendo.
Sabemos cuales son nuestros puntos débiles y trabajamos en ellos para que cambien.
Uno de los grandes problemas de las redes de saneamiento no solo de Ceuta sino de toda la península son las toallitas, ¿cómo está este tema en la ciudad?
–El problema de las toallitas se da en todo el mundo no solo aquí. Es un material muy complicado de reciclar con una mezcla de fibras plásticas que no tienen posibilidad de reciclaje.
Tenemos un equipo que recorre todos los días las estaciones de impulsión y recoge el material de las rejas de desbaste. A esto hay que sumar las toallitas que se recogen de la reja que hay en la EDAR y que también se extraen continuamente.Diariamente se recogen del orden de unos dos metros cúbicos de toallitas en Ceuta, que es una cantidad ingente.
"El año pasado tuvimos un pico de gasto por el precio de la electricidad pero el coste lo asumió la Ciudad"
El inodoro no es un vertedero, pero nos encontramos de todo. Hay que tirar las toallitas a la papelera. Además, si ya hay alternativas, creo que deberían de prohibir las nocivas porque el daño que hacen al medio ambiente es grave.
La empresa municipal Aguas de Ceuta gestiona este 2024 un total de 33,8 millones de euros, ¿cuáles son algunos de los principales proyectos que van a llevar a cabo?
Queremos empezar un proyecto con Procesa y fondos europeos para lograr un aumento de sección que nos permita evitar inundaciones. Tenemos un canal que lleva las aguas residuales por los bajos de la Marina hasta llegar a San Amaro, desde donde se envían a la depuradora. Queremos meter una tubería de dos metros de diámetro por todo el trayecto. Estamos adaptando el proyecto para incluir una primera fase desde San Amaro hasta el Puerto Pesquero, que es la parte más complicada. La idea es transformar el canal que tenemos y que es insuficiente para llevar todas las residuales de la ciudad en un gran colector que permita recoger todas las aguas preparando el futuro de la ciudad para los próximos cincuenta años.
¿Qué abarcarán los trabajos de rehabilitación integral del Príncipe Felipe?
El del Príncipe Felipe es un proyecto que nace porque hay un problema con las cornisas, que no tiene nada que ver con temas de agua. Como sus redes estaban muy profundas y viejas, propusimos llevar a cabo un plan que integrase intervenciones en todos los ámbitos. La actuación se ha integrado en un mismo proyecto que permitirá mejorar la eficiencia energética de las fachadas, arreglar las cornisas y sustituir las redes.
Proyectos como este materializan el cambio del objeto social de Acemsa.
Sí, porque estamos haciendo cosas que no están relacionadas con el agua. Al igual que ha sucedido con la licitación de la base nueva de Trace o la compra de su maquinaria. Se amplió el objeto social con idea de que Acemsa fuera un medio propio de la ciudad para ejecutar acciones y no sobrecargar determinadas áreas.
¿Qué podría contarnos de la gran avería sucedida hace unos meses en Hadú?
Las tuberías tienen su período de vida útil. Cuando empiezan a avisar ya sabemos, por experiencia, que está llegando su final. Hay un momento que, por alguna razón, como una vibración o el paso de un vehículo pesado, una tubería se desliza, se mueve o se rompe produciendo una gran avería.
"Hadú contará con una galería de servicios subterránea con las tuberías a la vista para cuando haya averías"
En Hadú se sustituyeron las tuberías de Claudio Vázquez durante una obra compleja llevada a cabo por Tragsa, pero, claro, esto llegaba hasta donde llegaba. Precisamente, la avería a la que se refiere se produjo cerca de este tramo.
La Ciudad tiene mucho interés en mejorar el barrio de Hadú y estamos terminando de cerrar un proyecto para hacerlo realidad. Vamos a arreglar la superficie, pero también las infraestructuras.
Hemos incorporado en este plan la sustitución de toda la infraestructura con la instalación de algo que se va a montar por primera vez en la ciudad: una galería de servicios subterránea. Una especie de habitáculo enterrado en donde todas las tuberías van a quedar a la vista de manera que cuando haya una avería esté todo completamente accesible.
Para acabar, ¿cuál cree que es la gran asignatura pendiente de Ceuta en materia de agua?
Desde que el presidente, Juan Vivas, entró en la ciudad todo el sistema ha cambiado pasando de la nada a prácticamente se podría decir que el todo. En Ceuta no había depuradora, ni desaladora. El agua venía en barcos y no teníamos suministro las 24 horas. Todo ha cambiado completamente. Y todo esto ha sido posible gracias al impulso de alguien comprometido. Esto se traduce en disponer presupuesto para que las cosas cambien. Hay un antes y un después.
En el momento que se facilita el agua las 24 horas comenzaron las averías y esto ha generado mucho trabajo que igual no se ha percibido. Hemos sustituido constantemente tuberías, abastecimiento, depósitos... Todo ha cambiado radicalmente a mejor.
La ciudad ha dado el salto al siglo XXI con todos estos cambios. Ahora nos queda mejorar.
Tenemos un sistema completo, no hay más que ver otras ciudades y comparar.