Este viernes ha sido el turno de los más pequeños de Ceuta, que han disfrutado de su tradicional fiesta de carnaval en el Auditorio de la Marina. Una cita en la que se han reunido decenas de niños, acompañados de sus padres, para pasar una tarde llena de música y diversión.
La fiesta ha comenzado en torno a las 18.00 horas y, poco a poco, conforme ha ido llegando el público, el ambiente se ha animado a la vez que se impregnaba de espíritu carnavalero.
No han faltado detalles. Todo estaba preparado para que los pequeños pasaran una tarde inolvidable de juegos, música y baile con sus amigos. Para ello, nada más entrar, les iban dando una bolsa con gorros y collares de carnaval, matasuegras y muchos confetis. Además, les ponían una pegatina con un número ya que al finalizar se haría entrega de un premio a los disfraces más originales.
En esta ocasión también habían colocado un photocall donde podían fotografiarse en grupos de amigos o con sus padres, así como una mesa donde poder colorear y dibujar, otra con juegos clásicos como el platillo giratorio y bolas para hacer malabares y hasta una entrega de pines para ponérselos en las camisetas.
Tanto juego y baile dan hambre, por lo que también habían instalado una barra donde los pequeños podían encontrar bocadillos de jamón de york, mortadela o Nocilla, entre ellos.
Por su parte, el grupo Los cantajuegos de Ana ha sido el encargado de entonar un sinfín de canciones infantiles que todos los asistentes se sabían y que han tarareado con ellos. Además, algunos pequeños también se han subido al escenario para bailar estar canciones.
Entre el público se podían ver disfraces de lo más variado. Había algunos muy originales, como una lavadora “ecológica” o el robot de la película buscando a Wally. También un pequeño cachorro, una bebé convertida en anciana con andador incluido y hasta unos niños transformados en vagabundos.
Los clásicos como Mario Bross, las princesas de Disney, Spiderman, payasos, hadas o azafatos de avión han sido otros trajes que se han dejado ver en esta fiesta infantil.
Durante todo el rato, los niños se mostraban muy emocionados y sonrientes por pasar una tarde de juegos y diversión. Una felicidad que también ha contagiado a los padres por ver cómo se lo pasaban los más pequeños.