Ayer no sonó el cañonazo. ‘El Cañonazo’ de El Faro desapareció de las páginas del diario, de la columna anónima que escribo desde el alma. Lo oí a las 12, como siempre y supe las razones que me llevaron a dejar la página en blanco.
En ocasiones debemos parar: respirar, sentarnos a pensar, escondernos de las prisas y los agobios. Cuando las fuerzas flaquean pensar en la desconexión forma parte de la inteligencia emocional.
Respirar aire fresco, romper el círculo pernicioso del tengo que, debo de, me esperan en, hablaré con, no puedo dejar de ir a.
Desaparecerse, ausenciarse, no estar para nadie, invisibilizarse, no acudir a la cita en la que no podías faltar.
Ayer decidí no luchar con el agotamiento, no intentar ser vencido por las obligaciones impuestas, guardar silencio y atrapar las prisas siempre enloquecidas por las imposiciones que nos ponemos o que nos ponen.
Estamos habituados a correr de un lado para otro, a ir de acá para allá sin orden ni concierto; nos cuesta romper el ritmo cotidiano y el tiempo inmisericorde nos hace su esclavo.
Apaga la luz, duerme, pasea en la arboleda de tu imaginación, disfruta del no hacer nada, saborea la tranquilidad, la paz, la calma. Huele el viento de invierno, desciende a tus profundidades, observa todo lo que te pierdes y está ahí desde siempre, pero nunca te has dado cuenta; lo mismo ni reconoces a la sombra que proyectas.
¿Y si nadie te espera? ¿Y si todo es una trampa para que nunca encuentres la salida de esta selva? ¿Y si nos echamos a correr y las metas son imaginarias?
En el libro Alicia en el país de las maravillas, el conejo aparece repetidas veces, siempre alarmado, preocupado porque se le hace tarde, mirando el reloj y yendo de un lado al otro, pero no se sabe dónde va, por qué es importante ir allí y por qué se le hace tarde. Simplemente va de aquí para allá con prisas y lamentando que llegará tarde.
La tarea pendiente deberá guardar su turno, tendrá que saber que no podrá desbocarnos a la ansiedad y al estrés.
Si siempre tienes tiempo para los demás debes tener tiempo para ti y no estar para nadie más.
Hoy suena el CAÑONAZO de las 12 y el de El Faro, ayer acudí a bailar conmigo mismo.