Alberto García Pardo-Delgado o como le gusta que le llamen, Alberto García es un “fatiga” del baloncesto, como popularmente se conoce en estas tierras a alguien que le encanta y que sienta pasión por algo. Pues es el caso de un hombre que siente eso mismo descrito hacia el baloncesto.
Es natural de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real donde se inició en su pueblo “como todo el mundo” pero él se decantó por el baloncesto en vez de el fútbol.
Pronto dio el salto a Madrid donde estuvo probando en el juvenil del Real Madrid, entrenado por aquel tiempo por el mítico Lolo Sainz.
Por aquella época el servicio militar era casi obligatorio para todos los ciudadanos españoles, es por eso que “mi padre me convenció para hacer la mili, donde todo el mundo la teníamos que hacer”, recordó García y lamenta no haber seguido progresando en el club merengue: “Me dijo Lolo Sainz que si no hubiera jugado en el Real Madrid hubiese estado en algún filial”.
Afincado ya en la ciudad autónoma de Ceuta, Alberto García recorrió muchos clubes de la capital de España como el Olímpico 64, en la localidad de Alcalá de Henares y también en otros conjuntos de la capital que tenían relación con el Estudiantes pero siempre compaginándolo con su profesión: Policía Nacional: “Pedí una excedencia en Madrid y me fui a jugar a equipos de Galicia y luego a un club de Ávila cuyo dirección deportiva estaba integrada por inspectores y policías”, indicó.
Fue en esta pequeña ciudad de Castilla y León cuando encontró tranquilidad en el baloncesto y donde se iba formando más como jugador y como profesional ya que fueron los directivos de este club quien le animaron a meterse en el Cuerpo de Policía.
Tras un periodo en esta población, se apartó de las canchas pero de nuevo y a una avanzada edad volvió a disfrutar de lo que más le gustaba, y fue en su Castilla-La Mancha natal, concretamente en el Quesos García Baquero en segunda división, lo que ahora sería LEB Plata: “Allí me encontré con el que estaba de presidente entonces Vicente Paniagua que me dijo: ¿Qué haces jugando todavía?, y entonces me convenció para continuar jugando con 37 años”, recordó el bueno de Alberto.
Un trotamundos del baloncesto se mueve de un equipo a otro y cómo no, García se fue a otra ciudad de España, ahora tocaba Sevilla: “Estuve jugando y entrenando en un equipo de allí, y me saqué el curso de segundo nivel de entrenador y fui creciendo poco a poco”. Alberto también entró en la Selección Nacional de Policía donde jugaron un torneo internacional en Sevilla contra la selección de Irak.
A su llegada a Ceuta cuenta que fue seleccionador para los cadetes: “Me llamaron para dirigir a este combinado, donde sacamos muy buenos resultados”, señaló el entrenador y continua comparando a Ceuta con otras ciudades: “Ceuta es la comunidad más pequeña de todas, entonces es muy difícil conseguir jugadores ya que muchos se van a estudiar fuera”, subrayó.
Actualmente entrena al Ceuta Base Basket, en el que radica ese problema en “conseguir jugadores, no tenemos un banquillo profundo al ser una pequeña ciudad en comparación con Jerez o Algeciras”. Un amante al baloncesto siempre sueña en conocer a los mejores deportistas y poder algún día compartir experiencias y sensaciones con ellos.
Pasó algo impensable en la vida de Alberto García cuando en Barcelona conoció a los mismísimos Michael Jordan, Scotty Pippen o Larry Bird. Era en una gira para preparar los Juegos Olímpicos de Barcelona‘92. La selección de Policía Nacional echó un partido el equipo de policías con el staff técnico del mítico ‘Dream Team’ y el árbitro encargado de impartir justicia era Charles Barkley ‘El Gordo’. Una experiencia que quedará en la retina de Alberto García para siempre el estrechar la mano a quien dominaba la NBA por aquellos tiempos.
“Les mirábamos embobados”
La anécdota de jugar y compartir cancha y minutos de basket con el ‘Dream Team’ dio para largo. Alberto cuenta entre risas cómo se colocaban en la foto ya que “se sabían de memoria cómo se tenían que colocar mientras nosotros nos quedábamos mirándoles embobados”, muestra entre carcajadas.
Y es que fue el staff técnico quien salió a la cancha a jugar en detrimento de los Jordan y compañía por “el temor a lesionarse”. No obstante, afirma que “se portaron muy bien con nosotros, fue un día espectacular y ya al día siguiente llegamos todos con los uniformes y nos hicimos la foto reglamentaria donde nos firmaron y estuvieron dándonos la mano”.
De hecho, a Alberto le firmaron una camiseta que “al tiempo la perdí, una camiseta que tenía firmada por todos ellos, es increíble que perdí ese recuerdo”, lamentó Alberto García.
No siempre alguien que juega al baloncesto puede decir que ha compartido sensaciones con los Jordan, Pippen Bird y toda esa hornada de jugadores del ‘Dream Team’ y que lideraba el baloncesto.
Elige a Ceuta como su favorita
Un amante del baloncesto que ha pasado por muchas ciudades y tantos equipos tiene que tener una ciudad favorita donde le ha permitido ejercerse como profesional.
Y Alberto García lo tiene claro, Ceuta le ha dado fuerte en el corazón y piensa que la ciudad autónoma es su “favorita si me das a elegir entre todas las ciudades”. Hablando de otros sitios donde ha habitado Madrid dice que es una “ciudad fantástica y con mucha gente increíble, es muy grande pero en cambio Ceuta es mucho más humana, estar aquí en la playa con el sol, en pocos sitios se está cómo aquí”, elogió a la ciudad autónoma: “Espero quedarme aquí y que no me echen”, mostró entre risas García.
Actualmente, compagina dos clubes: la Escuela de Baloncesto Juventud y el Ceuta Base Basket, en el que en este segundo lo lleva a competir en la liga provincial de Cádiz donde “estamos haciendo un gran trabajo y con muchas ganas de seguir aprendiendo”, finalizó Alberto García.