En una ciudad de España de más de 80.000 habitantes, el Instituto Nacional de Estadística quiso hacer un estudio sobre los funcionarios que trabajaban en la administración local: policías, administrativos, bomberos, auxiliares, conductores, cargos públicos, personal con destino en instituciones municipales, en definitiva, todos los puestos de trabajo relacionados con el consistorio.
Al azar, se eligió una ciudad, un periodo de tiempo (20 años) y un gobierno que hubiera tenido mayorías absolutas o relativas en el pleno.
Informáticos, estadísticos, psicólogos, sociólogos, expertos en políticas municipales, antropólogos, filósofos, estudiosos historiadores...todo lo habido y por haber. Participaron los seis mejores catedráticos de genealogía. Aclaro para los aficionados a los escritos caleidoscópicos que la genealogía es una de las Ciencias Auxiliares de la Historia. El objetivo principal en genealogía es identificar todos los ascendientes y descendientes en un particular árbol genealógico y recoger datos personales sobre ellos.
El proyecto fue subvencionado por las 10 universidades más prestigiosas de Europa a fin de hacer intercambios entre funcionarios municipales de ayuntamientos europeos.
En esta ciudad x (no la menciono por la Ley de Protección de Datos) se encontraron con un filón para la investigación del proyecto.
Ahí va un pequeño resumen que publicó el Institut Statistiken Europäis (Instituto Eropeo de Estadística).
La alcaldesa, con más de 20 años en el Ayuntamiento contaba con 27 familiares directos en puestos de relevancia. (Sobrinos, primos cercanos y lejanos, cuñados, familia política). Casi todos ejercían de asesores.
Los apellidos eran los siguientes: Dieguez, Raspa, Furió, Abela, Gascón y Bernabéu. Encontraron 15 Bernabéu casados con cinco Dieguez, 8 Gascón primos segundos de Abela y Raspa. 5 hermanos Abela Gascón y 8 sobrinos de Raspa.
Era curioso que la empresas municipal más importante las dirigía hermanos Raspa, que eran del mismo partido político de la alcaldesa.
La mayoría de los municipales tenían hijos, primos, nietos, yernos y ahijados; algunos hasta cuatro y que, también curioso, el 90% del funcionariado estaba inscrito al ‘Cicompú’ (Ciudadanos comprometidos con el pueblo).
4.500 personas, una gran familia consistorial. Y así era que para las cenas de empresa tenían que contratar una parte del Santiago Bernabéu poniendo una carpa gigantesca a los comensales en el mismo césped.
De esta ciudad venía el origen de las frases: “Quien no tiene padro no se bautiza”, “favor con favor se paga”, “familia unida jamás será vencida” y “perro no come carne de perro” esta última parece ser de un edil de ascendencia japonesa que fue teniente de alcalde en el año de maricastaña.
El registro que he resumido consta en el libro GUINNESS de los récords.