El pasado 6 de octubre se cumplieron cinco años del brutal asesinato que terminó con la vida de Juan De la Peña. Su cadáver fue encontrado en la peluquería que regentaba en la calle Marqués de Santa Cruz. Hoy, quizá cuando buena parte de Ceuta se haya olvidado ya del conocido peluquero, hay alguien que sigue peleando para que se haga justicia. Es su hija Dafne. Una joven a la que le brillan los ojos cuando se le habla de su padre, una joven con una fuerza impresionante a la que le arrebataron lo que más quería. Una joven que no se rinde y que jamás se cansará de pedir que los dos asesinos que están en Marruecos sean detenidos para que respondan ante la Justicia española por el crimen que cometieron.
La frontera del Tarajal se convierte en demasiadas ocasiones en esa línea que protege a los delincuentes de uno y otro lado. Esa línea por la que huyen quienes no quieren ser detenidos por sus crímenes cometidos. Incongruentemente los mecanismos internacionales tanto policiales como judiciales parecen no tener la efectividad necesaria para que ni uno ni otro lado del paso Tarajal se convierta en nido de delincuentes.
Esta misma semana, Dafne De la Peña decidió activar la campaña de recogida de firmas a través de la plataforma change.org. En solo horas consiguió 200 rúbricas más y ya se cuentan por miles los apoyos conseguidos de personas de distintos puntos que se suman a su causa: lograr la justicia que lleva persiguiendo ya cinco años.
“La reactivé a raíz de que se han cumplido 5 años desde que esto pasó y porque no nos han dado señales de que se haya hecho algo, de que el caso se haya abierto... No nos dicen nada, ni sé cómo está el caso... entonces, yo por mi cuenta quiero que con estas firmas se haga algo por mi padre, que se haga justicia”, explica Dafne en una entrevista mantenida con FaroTv. Su pelea constante pasa porque no se olvidé lo que ocurrió ese día, porque se tenga en la memoria que hubo un crimen muy violento, que hay dos asesinos que lo cometieron y que ahora, cinco años después, siguen en la calle porque nunca fueron detenidos.
“Han pasado cinco años y no se conoce nada, quiero que se sepa que todo sigue igual, que los asesinos continúan sueltos. Yo quiero que se haga justicia por mi padre”, expone. Un deseo tan básico, tan puro... que no debería formar parte de la reclamación de nadie. La Justicia tienen que recibirla de inmediato todas las personas que han visto quebrados sus derechos. Y en el caso de Juan De la Peña le arrebataron el más sagrado: el derecho a su vida.
“Ya tenemos casi 3.900 firmas”, explica su hija, “firmas de gente que me ayuda para que se haga justicia”, añade Dafne, que se emociona al recordar a su padre cuyo rostro encabeza esa campaña activada en la plataforma a través de internet.
“A mi padre le recuerdo alegre, siempre super contento, era un alma joven. El día que pasó aquello fue el peor de mi vida. A día de hoy lo sigo recordando y me sigue...” (se emociona), “por eso estoy aquí para que se haga justicia, para poder hacer borrón y cuenta nueva y seguir adelante. Esto es duro, saber que todo sigue abierto y no se hace nada”.
Los dos asesinos de Juan De la Peña fueron identificados cuando el cuerpo sin vida del peluquero se encontró dentro de su local. Pero habían pasado demasiadas horas, las aprovechadas para que sus autores pudieran abandonar Ceuta sin que el crimen se hubiera descubierto. Tuvieron tiempo para la huida.
“A esto parece que te acostumbras. Al principio me daba miedo salir a la calle o ir a Marruecos, por miedo a que ellos” (los asesinos) “pudieran verme porque saben quién soy. Con el tiempo te acostumbras porque tampoco puedo quedarme en mi casa, ni de brazos cruzados sin hacer nada. Si yo no me muevo... ¡quién lo va a hacer! Tengo que luchar por él, para que se haga algo por lo que le hicieron. No me queda otra que seguir para adelante...”.
Contra estas dos personas, estos dos asesinos, hay una orden de busca y captura internacional. Sin embargo los dos no han sido detenidos todavía e incluso trascendió, hace unos años, que uno de los implicados había cruzado a Ceuta para participar de un día de Feria.
“Dicen que como están en Marruecos y el crimen fue en España no pueden hacer nada, ya que ellos están en otro país. Supuestamente debería actuar la Interpol”, lamenta la joven.
El escenario presentado encima de la mesa contiene un crimen cometido en Ceuta, una familia rota de dolor y dos asesinos refugiados en Marruecos. Nadie rompe ese círculo para forzar que haya resultados y que una familia pueda vivir por fin en paz.
“Llevo esto poco a poco, él era muy conocido. Al principio la gente me preguntaba cómo estaba... después de cinco años todo cambia. La gente se acostumbra. Todo esto lo llevo poco a poco, pero nunca sin tirar la toalla hasta que se haga justicia, que es lo que busco. Yo sé quiénes son ellos y ellos saben quién soy yo. Esto es una lucha entre ellos (los asesinos) y yo. Hasta que no hagan algo o no me digan algo, no pienso parar. Como si dentro de otros cinco años voy a volver” con esto, comenta fuerte, entera y luchadora la hija del asesinado.
La recogida de firmas para pedir justicia sigue abierta. Con la misma, Dafne quiere obtener los apoyos suficientes para disponer de mayor fuerza en la petición de esa justicia.
“Al mes la inicié, se quedó un tiempo parada... hasta que la he reactivado. En un día solo se han hecho 200 firmas. No quiero que esto se quede en el olvido. Aquello no fue ninguna tontería, fue un asesinato que igual que le pasó a él le podía haber pasado a otra persona. Yo sigo en la lucha y me voy a mantener aquí. El recuerdo de mi padre es lo que me da fuerza”, detalla.
“No sé lo que se conseguirá con esta recogida de firmas, pero solo quiero que se abra el caso porque es que no sé si está cerrado, abierto... Cuanta más gente me firme mejor. Nadie se ha puesto en contacto conmigo, no me han llamado. Una vez sacaron una noticia de que la Interpol había entrado en el caso y era mentira. Yo me enteré en la calle, al verlo en un periódico en un estanco... me dijo la Policía que eso era mentira. Ya nunca me han dicho nada nuevo más”, recuerda en la entrevista.
Dafne mira la fotografía de su padre, un rostro que le da fuerza para seguir luchando. “Muchas veces quito la vista porque es mi punto débil”, sonríe emocionada.
El hecho de que la víctima no dé señales de vida ni coja el teléfono genera inquietud en su propia hija. Es lo que alertó a la Policía y fue el detonante del hallazgo del cuerpo sin vida de De la Peña dentro de su propia peluquería en donde había sido asesinado.
Pero sin detener. Las gestiones llevadas a cabo por la Policía dieron con la identificación de dos personas, dos marroquíes sospechosos de ser los autores de este crimen tan violento. Ambos habían marchado de Ceuta nada más cometer el crimen. Están escondidos en Marruecos.
Por una justicia. Desde que se produjeron los hechos, Dafne De la Peña ha iniciado una auténtica batalla para lograr la justicia que todavía no ha encontrado. Se supone que existe una orden de busca y captura internacional, pero ambos asesinos siguen libres en el vecino país marroquí.
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