“Yo, Don Juan de Acuña, Alcaide del Castillo de Burgos por S.M. digo: que vos Gerónimo Ximénez Denciso, Tenedor de los bastimientos de dicho castillo por S.M. distes por mi mando al Capitán Terramond por S.M. el día de Santa Bárbara para tirar la fiesta de los artilleros, ques aquel día su fiesta, dos barriles de pólvora para tirar ciertos [disparos] de los [cañones] gruesos y los morteros de aquel día, que pesarían diez arrobas; la cual pólvora está a cargo del Mayordomo de la Artillería, Francisco de Xerez; y por ques verdad que lo dio en dicho día a cuatro de diciembre de mil quinientos vente y dos, lo firmo en mi nombre Don Juan de Acuña". (Archivo de Simancas, Guerra, Mar y Tierra, legajo 3º, año 1522. Tomado del Memorial de Artillería de 1884).
Llegado este día, 4 de diciembre, y su víspera 2 a 3 de mismo mes, se palpa en el ambiente el olor de la pólvora, el olor de la quema, el olor del honor, del respeto, de la lealtad a esas bombetas que en solapas todo artillero bien las luce.
Llegado este día, 4 de diciembre, y su víspera 2 a 3 del mismo mes, los recuerdos, de todo artillero, nos asaltan, la nostalgia nos invade y el temblor interno, orgulloso de ser del arma, despierta en nosotros el cántico aprendido y que hoy, llegado el momento, lo elevaremos a los vientos.
Llegado este día, 4 de diciembre, todo artillero de honor, en mi caso honor y tradición, recuerdos íntimos me anegan, momentos en casa compartidos, relatos que oía en voz de mi padre (Oficial del Arma de Artillería- Rafael Gámez del Rey), relatos de guerra, de risas, de alegres momentos compartidos y otros de amargos recuerdos, todos, uno por uno conservo y admiro, uno por uno, tenía nombre y apellidos, uno por uno viajan conmigo allá donde me encuentre, porque ser Artillero, insisto es realce de HONOR, LEALTAD y ADMIRACIÓN.
Llegado este día 4 de diciembre y su víspera 2 a 3 del mismo mes, Felicidades a todos los Artilleros de Bien.
Saludos cordiales. Buenos días.